Esta semana en la webb de la Archidiócesis cuyo enlace aparece en este blog, encuentro el artículo que detallo a continuación del que es su autor D. Publio,Canónigo de la Catedral de Sevilla es un Cura que llegué a conocer desde que en su condición de Capellán Real ha vivido intensamente identificado con la Asociación de la Virgen de los Reyes por su devoción encendida hacía Nuestra Madre.
No dudo en incluirlo en este mi cuaderno de bitácoras y me complace ponerlo al alcance de quienes entran en el mismo.
"El próximo día 8 celebramos la fiesta de La Natividad de la Virgen María.
“Dios es Amor” nos dice el apóstol San Juan en su carta. Y porque es amor tuvo el proyecto eterno de hacerse hombre por amor al hombre, para salvar al hombre.
Pero para realizar ese proyecto nacido de su corazón, Dios quiso necesitar una mujer. Una mujer elegida por el Padre entre todas las mujeres a quien Isabel proclamo “Bendita entre todas las mujeres” y su nombre era María. Luc 1, 27. Y porque Ella fue la elegida, Ella fue la concebida sin pecado original, sin mancha; Ella fue, la Limpia, la Pura, la Purísima, La Inmaculada.
Ella, la elegida, la concebida sin pecado original, nació para ser LA MADRE, no una madre como tu madre o mi madre. No hay madre tan madre como esta Madre porque Ella nació para ser LA MADRE
La raíz y el fundamento de la misteriosa Dignidad y Grandeza de María esta en su relación especialísima con las Tres Divinas Personas como nos recordaba el Papa Pablo VI en su documento “Maríalis Cultus”: “Ella es la hija predilecta de Dios Padre, la Madre de Dios Hijo, la Esposa del Espíritu Santo porque por obra del Espíritu Santo concibió a su Hijo en cuanto hombre”.
Ella es la verdadera Madre del Hijo de Dios como nos dice el Concilio de Éfeso, porque Ella concibió al Hijo de Dios en cuanto hombre, no por obra de varón sino por obra del Espíritu Santo en el mismo momento de la Encarnación.
Ella es también Madre de todos los hombres y Madre de todo lo creado porque el Hijo de Dios en su humanidad asumió a toda la humanidad y se unió de alguna manera a cada uno de los hombres y de otra manera distinta asumió también a la Creación entera, manchada y herida por el pecado como nos dice San Pablo.
Ella dio a luz a su Hijo en Belén y le amamanto y en sus brazos y en sus rodillas le enseño a hablar y a rezar y donde por primera vez el Hijo de Dios la llamo Mamá. ¡Cuantas veces, Jesús, el Hijo de Dios llamaría a María mamá, madre! Y ¡Cuántas veces María llamaría a Jesús, hijo mío! Y le beso y le abrazo al mismo Hijo de Dios.
Ella es toda Madre y toda Vida. Ella es la Madre del mayor dolor, porque es la Madre del mayor Amor. Ella es Amor y Vida porque Ella es la Llena de Gracia como la saludó el Ángel en nombre de Dios.
Ella es la Madre del Sí en la Encarnación. Sí a Dios y Sí a los hombres.
Ella es la que nunca dijo no, la que siempre dijo Sí, hasta la Cruz y después también.
La Madre de Dios es tu Madre, es mi Madre, es nuestra Madre.
Madre de Dios y Madre nuestra, cuida de nosotros con amor de madre y enséñanos a decir Sí a Dios y siempre Sí a los hermanos de tu Hijo, sobre todo a los mas pobres y a los mas débiles.
Gracias, Jesús, por habernos dado a tu Madre como madre nuestra. Gracias Madre, porque naciste para ser LA MADRE."
Seguiremos reflexionando.
Con el afectuoso saludo de
Publio Escudero Herrero
sábado, 7 de septiembre de 2013
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De toda la vida me enseñaron y toda la vida es mi constante: MARIA NUESTRA MADRE E INTERCEDORA NUESTRA. Lo aprendi de mi muy querida madre, vivir desde mi infancia en un ambiente muy religioso creado por sus enseñanzas, ella me ediciono mis primeros pasos los si de su mano llevandome a la IGLESIA enñandome adorar a JESUS Y SU SANTISIMA MADRE Y MADRE NUESTRA. Doy GRACIAS por tener la gran madre k me enseño adorar a Nuestra Señora u amarla. A mis padres k estaba con LA MADRE DEL CIELO.
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