domingo, 25 de julio de 2010

II ENCUENTRO de OBISPOS ESPAÑOLES y FRANCESES del CAMINO de SANTIAGO

SANTIAGO DE COMPOSTELA, jueves 22 de julio de 2010 (ZENIT.org).-

Obispos de diócesis españolas y francesas por las que pasa el Camino de Santiago se han comprometido juntos a atender y potenciar el Camino como lugar privilegiado de evangelización.

Lo han hecho durante el II Encuentro de los Obispos franceses y españoles de los Caminos de Santiago, celebrado en el seminario mayor de Compostela los días 19 y 20 de julio.

“Los participantes en este encuentro concluyeron la importancia de una futura pastoral común para los Caminos de Santiago, con el fin de dinamizar la dimensión espiritual de estas vías de peregrinación, que hunden sus raíces en la historia misma de Europa y son objeto de una frecuentación progresiva”, indica un comunicado del arzobispado de Santiago.

Los obispos trataron una serie de cuestiones como el sentido de la peregrinación, la preparación espiritual, la asistencia espiritual, los temas de meditación a lo largo del Camino y la atención a los no peregrinos (sino caminantes).

Debatieron sobre el patrimonio religioso y cultural de los caminos y el diálogo entre fe y cultura, la acogida, los albergues y el voluntariado, el papel de los monasterios y la apertura de las iglesias y capillas.

Camino de Emaús

También abordaron la inteligibilidad de los signos y de la señalización. En este sentido, los obispos intercambiaron sus experiencias pastorales en el Camino y destacaron que el icono gráfico del Camino podría ser el Camino de Emaús.

En Emaús, los dos discípulos van desanimados y Jesús se hace presente, compartieron los prelados

Y coincidieron en destacar que, como actualmente en el Camino de Santiago, los peregrinos se ponen “en ruta” sin saber muy bien el porqué y sin una motivación expresamente de fe.
Sin embargo, añadieron, Jesús se sigue haciendo presente porque los peregrinos viven la experiencia de encuentro con ellos mismos, con los demás y con Dios.

Pastoral conjunta

El arzobispo de Pamplona y obispo de Tudela, monseñor Francisco Pérez González, destacó la ilusión que sienten por el proyecto los siete obispos franceses y los siete obispos españoles participantes en el encuentro.

“Hemos estudiado cómo evangelizar, cómo llevar la palabra de Dios, la vida sacramental, una pastoral conjunta para que los distintos lugares en los que hay encuentros (Burdeos, Toulousse, Pamplona, Palencia, Lugo, Santiago,...) ofrezcan acogida a los peregrinos”, declaró a Radio Vaticano.

“La Iglesia debe seguir siendo misionera, especialmente en estos momentos en que Europa ha perdido su propia identidad -añadió-. Que Europa no pierda sus propias raíces, como pedía Juan Pablo II en Santiago de Compostela”.

El encuentro se celebró por invitación del arzobispo de Santiago, monseñor Julián Barrio, y con motivo del Año Santo Jacobeo, que se celebra este 2010, como cada año en que la fiesta de Santiago Apóstol cae en domingo.Se celebra tras un I Encuentro, celebrado en Roncesvalles el 4 de mayo de 2009.

NOVENA A SANTIAGO
Concluyendo el encuentro, el martes por la tarde, comenzó en la catedral compostelana la novena a Santiago, presidida por monseñor Barrio y por el arzobispo de Burdeos y obispo de Bazas, el cardenal Jean Pierre Ricard.
El cardenal Ricard agradeció la acogida del Cabildo de Santiago y oró por todos los peregrinos que se han encontrado durante su peregrinación.
“En el momento en que venimos a rogar sobre su tumba, la gracia que podemos pedir al apóstol Santiago es que renueve en lo más profundo de nosotros el dinamismo apostólico, la experiencia original de aquellos cuya vida ha transformado su encuentro con Cristo Jesús”, dijo.
“La experiencia de Santiago es ante todo la de una puesta en marcha -destacó-. Con Juan, su hermano, Pedro, Andrés y los otros apóstoles, Santiago entendió esta llamada para dejarlo todo y seguir a Cristo”.
“Dejaron su familia, su pueblo, su profesión, las orillas del lago, sus proyectos, sus sueños, para seguir a Jesucristo”, continuó.
“Tan sólo este desgarramiento les permitió echar a andar, descubrir una nueva vida, la experiencia de una conversión personal, el descubrimiento de un rostro inédito de Dios, a través del rostro del profeta de Nazaret”, indicó.
Y añadió: “La experiencia de la marcha, en el marco de una peregrinación, hace participar a quienes la viven de esta experiencia apostólica”.
Pero, advirtió, “no hay experiencia apostólica si no somos capaces de partir, sin austeridad”.

“Pidamos a Santiago -invitó- que permanezcamos, nosotros también, unidos siempre al Señor, que sintamos su ternura y que descubramos la fuerza siempre nueva de su fidelidad.”
“No tengamos miedo de enfrentarnos con las bromas, el escarnio o la oposición frontal al mensaje evangélico -alentó-. ¡Que nuestra oración sobre la tumba del Apóstol Santiago renueve en nosotros el ánimo y el ardor de los primeros apóstoles!”.

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