En las últimas semanas, los Medios de comunicación social han dado cuenta de algunos sucesos de los que han sido protagonistas tristemente algunos sacerdotes. Para conocimiento general, y muy especialmente, de los cristianos de la Archidiócesis, con gran dolor, el Arzobispo desea manifestar lo siguiente:
1. En relación con la parroquia de San José Obrero de San Juan de Aznalfarache, tan pronto como el Arzobispo tuvo noticia fidedigna de la sustancia de los hechos, tuvo una entrevista con el sacerdote, quien dos días después decidió espontáneamente abandonar la parroquia. Con fecha 13 de octubre, el Arzobispo firmó un decreto apartándole de su oficio pastoral y suspendiéndole del ejercicio del ministerio, al tiempo que incoaba un proceso canónico, cuyas actas, en cumplimiento de las normas vigentes, serán enviadas oportunamente a la Santa Sede para su decisión definitiva.
2. Con respecto a la muerte de un sacerdote de la capital, que según fuentes dignas de crédito, después se ha demostrado que fue violenta, el Arzobispo deplora el hecho y sus circunstancias, encomienda al difunto a la misericordia infinita de Dios y reza por la conversión de quienes le quitaron la vida.
3. Al mismo tiempo que manifiesta su propósito de colaborar con la justicia, invita a los cristianos de la Archidiócesis a seguir ayudando y estimando a sus sacerdotes, cuya inmensa mayoría son fieles a su ministerio y están dejando la vida al servicio de sus comunidades. En estos momentos de confusión y dolor, ruega a todos que les encomienden al Señor para que les sostenga y sigan viviendo con gozo su entrega a la hermosísima vocación que les ha regalado en su Iglesia, al servicio del Evangelio y de sus hermanos.
4. Ante estos acontecimientos, el Arzobispo desea confortar también a sus sacerdotes, que deben ver en estas situaciones, objetivamente deplorables y negativas, un signo, una llamada del Señor a ejercer con autenticidad creciente cada día su ministerio y a vivir fiel y santamente su sacerdocio. De esta forma se cumplirá también en nosotros aquello que dice San Pablo en la carta a los Romanos, que para los que aman a Dios, todo lo que sucede, sucede para bien.
Sevilla, 17 de octubre de 2010
+ Juan José Asenjo Pelegrina Arzobispo de Sevilla
lunes, 18 de octubre de 2010
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