El domingo pasado en la Función principal de Instituto de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús de las Penas y María Santísima de los Dolores celebrada en la Parroquia de San Vicente de la ciudad de Sevilla recibimos la medalla conmemorativa los hermanos que cumplimos los 50 años de permanencia en la Cofradía.
Sigo diariamente el blog del Sacerdote y Teólogo Padre Fortea http://blogdelpadrefortea.blogspot.com.es/2014/01/las-cofradias.html ; coincido con el en sus manifestaciones que hace en cuanto se refiere a la importancia que para ambos tienen las Cofradías en la Iglesia y concretamente en la religiosidad popular; de nuestra Hermandad han surgido vocaciones al Sacerdocio y Diaconado; por uno de los Sacerdotes ya fallecido, D. Juan Antonio, se aplicaron las intenciones de un día del Quinario; otro D. Juan Luis cambió el rumbo de su actividad de Perito Agrícola por la de Sacerdote hoy Párroco en Sevilla. Los Diáconos Carlos y Alberto se ordenaron para este Servicio alternándolo con su actividad profesional; con todos ellos he convivido en la Hermandad a lo largo de este medio siglo.
Recuerdo como un ayer muy cercano cuando mi amigo Rafa, hoy cuñado mío, me condujo a la Secretaria de la Hermandad para firmar la solicitud de ingreso; la celebración de la Boda con María del Carmen, hermana suya, pertenecientes a una familia muy vinculada con la Cofradía desde su refundación, ante Mª Santísima de los Dolores; la presentación ante nuestras Imágenes de nuestros hijos y con el tiempo de algunos de nuestros nietos tras su bautizo; el acto de mi juramento como miembro de dos Juntas de Gobierno en las que participe, el adiós a muchos hermanos queridos que han marchado en éstos años ante la presencia de Jesús de las Penas; la participación en cerca de 250 días de Quinario que casualmente vienen a casi coincidir con mis 285 Vigilias en la Adoración Nocturna cuya llamada me sobrevino vistiendo la túnica de Nazareno.
Y lo más reciente cuyo recuerdo permanecerá siempre para mí, la participación de mi mujer, mis hijos y mis nietos en el acto de protestación de Fe en dicha Función principal y como tras la imposición de la Medalla acudían todos los nietos, pequeños, al lugar donde me hallaba para con su mirada alegre, inocente, feliz, compartir aquel momento con su abuelo.
Aquí resumo lo importante que resulta para la familia la Cofradía y para la Cofradía la familia.
miércoles, 22 de enero de 2014
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