viernes, 18 de noviembre de 2016

carta enviada recientemente por Mons. D. José Ignacio Munilla, obispo de San Sebastián, en relación con la profanación del Sagrario acontecida en la capilla del cementerio de nuestra ciudad.

 Nos traslada la carta el Consejo Diocesano de la Adoración Nocturna Española de San Sebastián

Muy estimado/a hermano/a en Cristo:

Aunque es probable que la noticia le haya llegado por otros medios, adjunto le remito la carta enviada recientemente por Mons. D. José Ignacio Munilla, obispo de San Sebastián, en relación con la profanación del Sagrario acontecida en la capilla del cementerio de nuestra ciudad. Es su deseo, y el nuestro, celebrar una Santa Misa en señal de desagravio por tan aberrante acto contra el Amor Misericordioso de Dios y la propia libertad religiosa de los cristianos.

En el caso de que no pueda acudir a la ceremonia, que tendrá lugar a las 10:30 horas del día 20 de noviembre, Solemnidad de Jesucristo Rey del Universo, en la propia capilla del cementerio de Polloe de San Sebastián, o bien, resida lejos de la ciudad, le agradeceré igualmente difunda el evento entre sus familiares, amigos o en los Turnos y Secciones de la Adoración Nocturna. Le ruego tenga en cuenta esta intención en las próximas visitas al Santísimo Sacramento o durante las Vigilias de Adoración Eucarísticaa las que asista, pidiendo al Señor por tantas ofensas como ocurren en el mundo, incluyendo las nuestras.

Reciba un cordial abrazo en Jesús Sacramentado.

           Presidente de ANE en San Sebastián



Carta de Monseñor Munilla


8 de noviembre de 2016


Queridos adoradores:

Hoy os escribo por un  triste motivo, pidiéndoos vuestra ayuda e implicación de una forma especial. Se trata de una muy grave profanación del Santísimo Sacramento que hace escasos días se ha producido en nuestra Diócesis. En efecto, en la capilla del cementerio ha sido robado el sagrario, con las especies eucarística en su interior.
Podéis suponer que nuestro dolor es grande, y por ello, me siento llamado a compartirlo con vosotros y a pediros que realicéis en vuestros turnos de adoración una respuesta de desagravio y de reparación. El domingo 20 de noviembre, día de Cristo Rey, a las 10:30 de la mañana, celebraremos una Misa de desagravio, en la misma capilla del cementerio.
Lo ocurrido nos permite reflexionar sobre lo que supone que el Señor se haya quedado presente entre nosotros bajo las especies eucarísticas. ¿Dios en nuestras manos? ¡Qué peligro!...  Desde el punto de vista de la prudencia humana, cualquiera de nosotros le hubiese “aconsejado” a Dios que no arriesgase tanto: ¿Acaso no lo tienen demasiado fácil los miembros de las sectas satánicas y cuantos odian el Santo Nombre de Dios? ¿Acaso no era previsible que los que nos acercamos a comulgar, pudiésemos hacerlo sin la debida conciencia y disposición, e incluso, con el riesgo de comulgar de forma sacrílega? ¿Acaso no era de suponer que muchos sagrarios permaneciesen cuasi abandonados, y que multitudes pasasen delante de ellos con la mayor indiferencia?...
Y, sin embargo, Él no dudó  ni un momento en cumplir su promesa: “Yo estaré con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”…  Si el Señor, a pesar de todos los riesgos y peligros, mantiene hoy su voluntad de permanecer entre nosotros, es una señal inequívoca de que los bienes que se desprenden de su presencia son infinitamente más grandes que los males que puedan derivar.
La conclusión es clara: aprovechemos lo acontecido para renovar nuestra devoción eucarística. Detrás de este suceso se esconde una llamada a la conversión dirigida a cada uno de nosotros. Hagamos de este agravio una oportunidad de desagravio. Que esta ofensa sea ocasión para suscitar y manifestar nuestro amor hacia Él.
                Con mi bendición:

+ José Ignacio Munilla


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