miércoles, 29 de septiembre de 2010

FUNDACIÓN LUIS DE TRELLES

Boletín de noticias - Septiembre 2010


Estimados amigos:

Con este boletín iniciamos un nuevo modo de comunicarnos con todos vosotros; queremos sea una forma de intercambio, en el que os mandaremos nuestras noticias y esperamos recibir vuestras sugerencias y comentarios.

Este año 2010 ha sido pródigo en acontecimientos: Un año en que el Señor nos ha bendecido, y nos ha impulsado en nuestras actividades: En abril, la Ofrenda en Zamora, en Mayo el Pregón del Corpus en Villacarrillo (Jaén). Del 28 al 30 de mayo, la intervención en el X Congreso Eucarístico de Toledo, con D. Antonio Troncoso. La celebración de las Bodas de Oro de nuestro Asesor Espiritual Don Placido Vázquez Peña… Todo ello está reflejado en nuestra página Web www.fundaciontrelles.org, que os invitamos a visitar.

XXI Curso de verano: Ha sido la culminación de los eventos, en Ribadeo, un marco maravilloso, conferencias interesantísimas, y como mención especial la intervención de la Profesora Doña Milagros Otero, que expuso con mucha belleza el tema “La cortesía de don Luis de Trelles”, citando el párrafo de don Luis: “La delicadeza es una condición natural del amor. Es una cualidad que muchos tienen y que pocos comprenden en los demás y aún menos usan en sus relaciones. Es una modalidad de relación que expresa un sentido íntimo, del alma, dirigido al mismo sentido de otra alma; es una condición de los pensamientos palabras y obras que brotan de una exquisitez de sensibilidad” (Trelles). (En estos tiempos en que tan poco se valora y se practica la cortesía y el respeto). La referencia de las actividades del curso está en nuestra Web, que podéis ver.

Oración de intercesión: Renovamos la súplica de que sigamos orando por la curación de María Ramos, joven de 17 años, que padece una grave dolencia Su familia identificada con la causa solicita nuestra oración. Sería un caso muy interesante para la beatificación del siervo de Dios.

Que nuestra página Web sea un medio de difusión de la vida y el espíritu de Luis de Trelles y de unión de oraciones para que pronto lo veamos en los altares.

INTENCIONES GENERALES DE LA ADORACION NOCTURNA ESPAÑOLA

Serán intenciones generales y permanentes de la Adoración Nocturna Española de la Diócesis de Sevilla por las que se pedirá en todas las Vigilias, explícita o implícitamente, las siguientes:

1ª La mayor honra y gloria de Dios.

2ª La Iglesia Católica, la propagación de la Fe y la unión de los cristianos.

3ª Las intenciones del Papa y de nuestro Obispo.

4ª La paz y la justicia en el mundo.

5ª La propagación y perfección de la Adoración Nocturna y Diurna en todo el mundo.

6ª El fomento de los medios de comunicación católicos.

7ª El aumento de las vocaciones y la perfección espiritual del clero y las comunidades religiosas.

8ª Quienes padecen necesidades de orden espiritual o material.

9ª Los movimientos de apostolado y de caridad.

10ª Las benditas almas del Purgatorio.

11ª Por el mantenimiento de la fe católica en España.

INTENCIONES DEL PAPA para el mes de OCTUBRE

GENERAL: Las Universidades Católicas

Para que las Universidades Católicas sean cada vez más lugares donde, gracias a la luz del Evangelio, sea posible experimentar la armónica unidad que hay entre fe y razón.

MISIONERA La Jornada Misionera Mundial

Para que la celebración de la Jornada Misionera Mundial sea ocasión para comprender que la tarea de anunciar a Cristo es un servicio necesario e irrenunciable que la Iglesia está llamada a desempeñar en favor de la humanidad

LA IMPORTANCIA DE LA LITURGIA EN LA VIDA ESPIRITUAL CRISTIANA

ZS10092910 - 29-09-2010
Permalink: http://www.zenit.org/article-36725?l=spanish

El Papa afirma que la liturgia es fundamental en la vida cristiana


Propone como modelo a la santa alemana Matilde de Hackeborn




CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 29 de septiembre de 2010 (ZENIT.org).- El Papa Benedicto XVI subrayó hoy la importancia de la liturgia en la vida espiritual cristiana, como lo fue para santa Matilde de Hackeborn, a quien presentó hoy durante la audiencia general.

Siguiendo con su ciclo de escritores cristianos, que con Hildegarda de Bingen a finales de agosto inauguró una serie de catequesis sobre mujeres insignes, el Papa quiso hoy detenerse en una de las grandes figuras del monaquismo alemán.

Santa Matilde de Hackeborn, de familia noble, nació y murió en el siglo XIII en Turingia (Alemania), y vivió casi toda su vida recluída en el convento de Helfta, en la misma congregación que su hermana mayor Gertrudis.

En aquella época, y gracias a Gertrudis, el monasterio de Rodersdorf y después el de Helfta se convirtieron, afirmó el Papa, en un importante “centro de mística y de cultura, escuela de formación científica y teológica”.

Matilde “se distinguió por la humildad, fervor, amabilidad, limpieza e inocencia de vida, familiaridad e intensidad con que vivió su relación con Dios, la Virgen y los Santos. Estaba dotada de elevadas cualidades naturales y espirituales”.

Entre otras, tenía una voz de una extraordinaria suavidad. Fue maestra del coro del convento, además de maestra de novicias.

La llamaban con el sobrenombre de “ruiseñor de Dios”.

“La oración y la contemplación fueron el humus vital de su existencia: las revelaciones, sus enseñanzas, su servicio al prójimo, su camino en la fe y en el amor tienen aquí su raíz y su contexto”, explicó el Papa.

El Pontífice añadió que “es impresionante la capacidad que esta santa tenía de vivir la Liturgia en sus varios componentes, incluso los más sencillos, llevándola a la vida monástica cotidiana”.

“Sus visiones, sus enseñanzas, las circunstancias de su existencia se describen con expresiones que evocan el lenguaje litúrgico y bíblico”, explicó.

La santa tenía, destacó el Papa, un “profundo conocimiento de la Sagrada Escritura, su pan cotidiano. Recurre continuamente a ella, sea valorando los textos bíblicos leídos en la liturgia, sea tomando símbolos, términos, paisajes, imágenes, personajes”.

De Matilde, Benedicto XVI invitó a los fieles a imitar la importancia que ésta daba a la Liturgia de las Horas y a la Santa Misa.

“La oración personal y litúrgica, especialmente la Liturgia de las Horas y la Santa Misa son la raíz de la experiencia espiritual de santa Matilde de Hackeborn”.

“Esto es también para nosotros una fuerte invitación a intensificar nuestra amistad con el Señor, sobre todo a través de la oración cotidiana y la participación atenta, fiel y activa en la Santa Misa. La Liturgia es una gran escuela de espiritualidad”, añadió.

Matilde sentía gran predilección por el Evangelio, que el mismo Jesús, en una visión, le recomendó leer, para comprender “su inmenso amor”, que “en ningún lugar se encuentra expresado más claramente que en el Evangelio”.


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TEMA DE REFLEXIÓN PARA las VIGILIAS en OCTUBRE

ENCUENTROS CON CRISTO EUCARISTÍA

Octubre de 2010.
III.- La Santa Misa.- La liturgia eucarística

La Liturgia eucarística comienza con la presentación de las ofrendas, en la que son llevados al altar los mismos alimentos que Cristo tomó en sus manos durante la última cena: el pan y el vino. “Es la acción misma de Cristo en la última Cena, “tomando pan y una copa”.

Todos los Domingos y días de precepto, nosotros –el pueblo cristiano- nos congregamos en torno al Altar, para participar, para vivir con Cristo, la Eucaristía. ¿Somos conscientes de lo que tiene lugar en el Altar, delante de nuestros ojos?

Estamos viviendo un mandato que el mismo Cristo Nuestro Señor desea que realicemos hasta el fin de los tiempos: “Haced esto en conmemoración mía”.

Para ayudarnos a entender mejor lo que sucede en los momentos de la celebración, podemos considerar que la Santa Misa se celebra en la tierra y en el cielo. En la tierra; y a la vez, fuera del espacio y del tiempo.

Fuera del espacio, porque se vive también ante la Santísima Trinidad; como si el lugar donde nos reunimos fuera ya una parte del cielo.

Fuera del tiempo, porque la duración de la Eucaristía no se mide por esos treinta, veinticinco, treinta y cinco minutos que avanzan las manecillas del reloj, sino que tiene una dimensión de eternidad, porque la vivimos con Cristo Resucitado, que ya vive eternamente en el cielo, ante Dios Padre y en unión con el Espíritu Santo.

¿Qué hacemos nosotros?

“Desde el principio, junto con el pan y el vino para la Eucaristía, los cristianos presentan también sus dones para compartirlos con los que tienen necesidad. Esta costumbre de la colecta, siempre actual, se inspira en el ejemplo de Cristo que se hizo pobre para enriquecernos” (Catecismo de la Iglesia Católica, n. 1351).

Y nos ofrecemos especialmente nosotros mismos: nuestros afectos, nuestras acciones, nuestros trabajos. El creyente ofrece la Misa en virtud de su “sacerdocio común”, como un actor del acontecimiento, porque “celebra” la Misa con el mismo Cristo, y Cristo la celebra en el interior del espíritu de cada cristiano.

Después de ofrecernos así con Cristo, vivimos especialmente con Él la acción de gracias a Dios Padre: “En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro” (Prefacio).

El sacerdote, con Cristo y en su nombre, ruega a Dios Padre, que acepte en su bondad “esta ofrenda de tus siervos y de toda tu familia santa; ordena en tu paz nuestros días, líbranos de la condenación eterna y cuéntanos entre tus elegidos”.
Después, dirige su petición a Dios Padre, para que “santifique por el Espíritu Santo estos dones que hemos separado para ti (el pan y el vino), de manera que sean Cuerpo y Sangre de Jesucristo, Hijo tuyo y Señor nuestro, que nos mandó celebrar estos misterios”.

“Haced esto en conmemoración mía”. Con estas palabras termina el sacerdote la Consagración del pan y del vino. Consagración que sólo él, por su ordenación sacerdotal, está autorizado a pronunciar sacramentalmente en nombre y en la persona de Nuestro Señor Jesucristo.

Con las palabras de la Consagración se realiza el grandioso misterio, el Milagro de la Trasubstanciación. Aunque sobre el Altar permanecen las apariencias del pan y del vino, desde el instante de la Consagración, el pan es ya el Cuerpo de Cristo; y el vino, la Sangra de Cristo. Allí está Cristo entero, “con su Cuerpo, con su Sangre, con su Alma y su Divinidad”.

* * * * * *
Cuestionario.-
-¿Nos unimos a la acción del sacerdote, y nos ofrecemos también nosotros, nuestros trabajos, nuestras dificultades, y unirlos así a la Pasión y Muerte de Cristo?
-¿Damos gracias a menudo por poder vivir la Santa Misa con Cristo, en Cristo, por Cristo?
-¿Renovamos con frecuencia nuestra fe en la Transubstanciación, por la que Cristo está verdadera y realmente presente en el altar después de la Consagración?

martes, 7 de septiembre de 2010

A.N.E. CONSEJO DIOCESANO DE SEVILLA, INFORMA

LOTERIA DE NAVIDAD

Informamos que, por tercer año consecutivo, vamos a recurrir a las participaciones de Lotería para alcanzar el objetivo de ingresos que compensen los gastos afrontados por el Consejo Diocesano de ANE en el presente ejercicio; un 28% de estos limitados gastos quedan cubiertos con los 60 céntimos de donativo de cada participación.

El año pasado hubo Adoradores que no participaron por desconocimiento.

A partir de ahora puedes encargar el número de participaciones que quieras, a través de las señas abajo detalladas.

No obstante, se remitirán talonarios a todas nuestras Secciones.

Cada Turno recibirá igualmente participaciones para su distribución.

Ah y que os acompañe la suerte en el número

4 9 3 1 7 de la acreditada Administración de calle SAGASTA


Peticiones, Reservas: Teléfonos
ANE, CD Sevilla, c/ Muñoz León, 6 954 371790
Tesorería, Urbano Muñoz 954 438116
Por e-mails: urma@mupe.jazztel.es
cayetanomedinas@gmail.com

domingo, 5 de septiembre de 2010

LA VERDADERA DEVOCION A MARIA

San Luis Grignion de Monfort en su tratado de la Verdadera Deovión a la Santísima Virgen (www.apostoladomariano.com)nos relaciona detalladamente las prácticas particulares de esta devoción, comenzando por la consagración después de los ejercicios preparatorios proponiéndonos observar un orden: " Durante la primera semana dedicarán todas sus oraciones y actos de piedad a pedir al Espíritu Santo el conocimiento de sí mismos y la contricción por nuestros pecados ... y dirán todos los dias las Letanias del Espíritu Santo (punto 228)

He de confesar mi desconocimiento de éstas Letanias que tras localizarlas quiero compartir contigo; no he guardarme ésta sabiduria ni de ocultar el tesoro que creo haber encontrado con este Tratado de San Luis Grignión, por ello si, como yo, decides iniciar éstas prácticas, ahi tienes las Letanias, que hemos de recitar durante la primera semana:



LETANÍAS AL ESPÍRITU SANTO

Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.
Padre omnipotente, ten piedad de nosotros.
Jesús, Hijo eterno del Padre y Redentor del mundo, sálvanos.
Espíritu del Padre y del Hijo y Amor infinito de uno y otro, santifícanos.
Trinidad Santísima, óyenos.
Espíritu Santo que procedes del Padre y del Hijo,
… ven a nosotros.
Promesa del Padre,
Don del Dios Altísimo,
Rayo de luz celeste,
Fuente de agua viva,
Espíritu de amor y de verdad,
Fuego abrasador,
Autor de todo bien,
Unción espiritual,
Caridad ardiente,
Espíritu de sabiduría,
Espíritu de entendimiento,
Espíritu de consejo y de fuerza,
Espíritu de ciencia y de piedad,
Espíritu del temor del Señor,
Espíritu de gracia y de oración,
Espíritu de paz y de dulzura,
Espíritu de modestia y de inocencia,
Espíritu consolador,
Espíritu santificador,
Espíritu que gobiernas la Iglesia,
Espíritu que llenas el universo,
Espíritu de filiación de los hijos de Dios,
Espíritu Santo, imprime en nosotros el horror al pecado,
… te rogamos óyenos.
Espíritu Santo, ven a renovar la faz de la tierra,
Espíritu Santo, derrama tus luces en nuestra inteligencia,
Espíritu Santo, graba tu ley en nuestros corazones,
Espíritu Santo, abrásanos en el fuego de tu amor,
Espíritu Santo, abre el tesoro de tus gracias,
Espíritu Santo, enséñanos a orar como se debe,
Espíritu Santo, ilumínanos con tus inspiraciones celestiales,
Espíritu Santo, concédenos la única ciencia necesaria,
Espíritu Santo, inspíranos la práctica de las virtudes,
Espíritu Santo, haz que perseveremos en la justicia,
Espíritu Santo, sé Tú mismo nuestra recompensa.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, envíanos tu Espíritu Santo.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, derrama en nuestras almas los dones del Espíritu Santo.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, infúndenos el Espíritu de sabiduría y devoción.

V/. Ven, oh Espíritu Santo, llena los corazones de tus hijos.
R/. Y enciende en ellos el fuego de tu amor.

OREMOS. Oh Dios, que con la luz del Espíritu Santo, enseñaste a los fieles la verdad, concédenos conocerla en el mismo Espíritu y gozar siempre de sus consuelos. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

Quiera el Señor utilizarme como escribano para poder Glorificarlo a través de su Bendita Madre, que lo es nuestra, con las prácticas de esta devoción que nos lleve a ponernos en Mano de María para alcanzar, a través de ella, todas sus Gracias y Bendiciones.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

15 septiembre, Memoria de NUESTRA SEÑORA LA VIRGEN DE LOS DOLORES

La devoción a la Santísima Virgen en su advocación de la Madre Dolorosa nos acompaña y nos guía en el tiempo en el que la liturgia de la Iglesia nos dispone a conmemorar el Misterio Pascual de su Hijo Jesucristo. A instancia de Felipe V, el Papa Clemente XII, el 20 de septiembre de 1735, concedió la ampliación a la Iglesia de España de esta conmemoración, propia hasta entonces de los religiosos servitas, fundados en Florencia en el siglo XIII. La celebración litúrgica se ha ampliado al calendario de la Iglesia Universal, concentrándose ahora en una de sus fechas originales, con relación a la fiesta de la Santa Cruz, en el mes de septiembre, trasladándose la festividad, tan enraizada en España, de la antevíspera del Domingo de Ramos.

Profecía de Simeón
Refiere el Evangelio de San Lucas (2, 25-35) este episodio de la primera infancia de Jesús que, aunque podría pasar por ser tan sólo una anécdota piadosa, encierra una considerable riqueza teológica. Era Simeón un hombre justo, al que el Espíritu Santo le había asegurado que no vería la muerte antes de ver al Mesías. Pero, cuando ve entrar en el Templo al Niño Jesús en brazos de su Madre, se dirige hacia ella diciéndole que una espada le atravesará el alma. Sorprendería este anuncio que hace este hombre, si no fuera porque el texto del Evangelio insiste tantas veces en que actuaba movido por el Espíritu Santo. No es así mero anuncio: es profecía, que debemos entender como complemento del anuncio del ángel: María había aceptado lo que le ofreció el ángel, sin concretar más: "hágase en mí según tu palabra". Y la palabra del ángel, que no había dicho en aquel momento más que lo imprescindible -"el Espíritu vendrá sobre ti... el Santo que nacerá de ti será llamado Hijo de Dios"-, va descendiendo a detalles por la palabra del mismo Espíritu, manifestada en la profecía del anciano: "una espada..."
María va descubriendo lo que el Espíritu le va haciendo ver; y lo primero que descubre es el dolor que le atravesará el alma, que atravesará toda su vida. La devoción cristiana posterior ha desarrollado este dolor, único, subdividiéndolo en siete "dolores", en siete episodios de dolor, con los que recorremos la vida de la Santísima Virgen María. La misma iconografía cristiana, al no poder figurar el alma de María, representa su corazón fuera del pecho, atravesado no por una, sino por siete dagas.
Pero, en realidad, de lo que habla Simeón es de un dolor único, que atravesará toda el alma, toda la vida de María.

Dolor que es sacrificio; sacrificio que es cruz; cruz, que es unión, a lo largo de toda la vida, con Jesús, el Hijo de Dios, al que Ella está presentando, recién nacido, en el Templo -¡la casa de su Padre!-; Hijo de María, cuya Encarnación en sus purísimas entrañas maternales tiende como hacia su propio fin hacia el Misterio Pascual: fin que es el término del proceso vital de Cristo, Dios y hombre, en este mundo; fin que es, sobre todo, la gloria de Dios, restituida al Padre por la inmolación de la vida del único Hijo, que por nosotros se hizo obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.

Al pie de la Cruz
Señala San Juan en su Evangelio que "junto a la Cruz de Jesús estaba, en pie, su Madre" (19, 25). Menciona por su nombre a cada una de las otras mujeres allí presentes; de María no: sólo dice que es "su Madre". Y añade que estaba "de pie".
Nosotros ahora no podemos imaginarnos siquiera lo que era, realmente, una crucifixión. Los primeros cristianos se resistieron a representar a Jesús en la Cruz, porque muchos habían visto lo horrible que era aquello. El emperador Constantino prohíbe la crucifixión como ejecución de la pena capital; y sólo a partir de las generaciones siguientes, cuando ya no quedaba nadie que en su vida hubiera presenciado una crucifixión, aparece en la iconografía cristiana el Crucifijo: la cruz así deja de ser realidad para convertirse en símbolo. Y empezamos a bendecirnos los cristianos con lo que había sido hasta entonces el signo de la mayor maldición: la señal de una cruz.
Allí estaba de pie, soportándolo todo junto al mayor de los suplicios, la Madre de Jesús. Así, sólo podemos vislumbrar con una cierta aproximación lo que tuvo que suponer para Ella entonces estar al lado del Crucificado, y estar de pie. No es lo mismo que la madre que vela, impotente, a su hijo agonizante sentada junto al lecho de una clínica: no puede haber comparación. De ahí, la admiración que reconoce en aquel gesto el Evangelista Juan -testigo presencial-, al señalar que Ella aguantaba de pie. Quizá los soldados se sentaron un momento, para jugarse a las tabas las vestiduras de Cristo; Ella seguía de pie.
La devoción recoge la tradición (que no se encuentra expresamente en el Evangelio), de que, al bajar de la Cruz el cadáver de Cristo muerto, y antes de depositarlo en el sepulcro, aquellos hombres piadosos lo dejaron unos momentos en el regazo de María. Y aquí la tradición iconográfica es constante: con Cristo muerto, se representa a la Madre sentada; con el Hijo crucificado aún vivo, agonizante, el Evangelio nos la presenta de pie. El dolor asumido y aceptado desde la profecía de Simeón no le consiente ni siquiera el alivio de sentarse.
Quizá San Juan recordara entonces sus propias palabras, en presencia de su madre, cuando le pedía a Jesús un puesto para cada uno de sus hijos en el Reino. Jesús preguntó: "¿podéis beber el cáliz que yo he de beber?" Los dos hermanos, al unísono, y sin saber quizás con precisión lo que decían, respondieron entusiasmados que sí, que podían beber- lo, Levantando los ojos hacia Jesús en la Cruz, vería Juan lo que era el cáliz; bajándolos hacía María, vería lo que es beberlo: de pie.

Madre de la Iglesia
En este dolor de María al pie de la Cruz reconocemos los dolores del alumbramiento de la Iglesia, de la que la Madre de Cristo es también Madre. Ese dolor que atraviesa toda su vida se convierte entonces en aquel dolor de parto; no lo sufrió en el nacimiento virginal del Hijo de Dios hecho hombre, pero ahora se le hace intensamente presente en nuestro nacimiento a la vida de la gracia, a la vida de hijos de Dios, originada en cada uno a partir de la Pascua del Señor. Es cierto que la gracia santificante nos viene únicamente de Cristo, pero ha sido El mismo el que ha deseado tener a su Madre tan unida a El en el misterio de nuestra redención, que no ha querido ahorrarle lo más mínimo de aquel dolor, que en Él es Sacrificio, y en Ella, unión. Es esta misma unión de la que es Inmaculada desde su Concepción la que le hace aceptar, hasta la saciedad, aquel dolor que el Hijo, en su amor a Ella, le ofrece compartir con El por su amor hacia nosotros.
No podemos contemplar solamente como espectadores lejanos la escena del Calvario: la Cruz nos compromete y nos involucra a cada uno por completo. Que la consideración de la Madre Dolorosa nos pueda ayudar a vivir lo que a nosotros nos corresponde de este Misterio, que es paso previo a nuestra resurrección pascual.

José F. Guijarro
La Lámpara del Santuario", n.° 18

INTENCIONES DEL PAPA PARA ESTE MES

General: Para que en las regiones menos desarrolladas del mundo el anuncio de la Palabra de Dios renueve el corazón de las personas, alentándolas a ser protagonistas de un auténtico progreso social.

Misionera: Para que abriendo el corazón al amor, se ponga fin a tantas guerras y conflictos que aún ensangrientan el mundo.


PRIMER VIERNES DE MES: DÍA 3



INTENCIONES DE LA CONFERENCIA
EPISCOPAL ESPAÑOLA

Que las instituciones católicas implicadas en los medios de Comunicación Social trabajen prioritariamente en favor de la evangelización desde la plena comunión con la Iglesia.