domingo, 7 de octubre de 2012

IN MEMORIA DE DON JOSÉ AVILA ALVENDIZ




Ayer tarde recibí la noticia del fallecimiento de nuestro querido Pepe Ávila, Adorador Veterano Constante de la Adoración Nocturna Española, Presidente que fue de la Sección de Sevilla, Jefe en su día del Turno número 5; hombre de hondas raíces cristianas, padre de familia ejemplar y volcado en la atención al culto del Templo de San Hermenegildo mientras sus condiciones físicas lo permitieron.

Cuidadoso no faltase nada para la celebración de la Eucaristía y los Turnos de Adoración que allí celebramos los Adoradores; estaba siempre presente en todas las Vigilias normales que le correspondía y las Extraordinarias convocadas por la Sección; cuando los años y los achaques de salud le obligaron a pasar a la “ reserva “ continúo cumpliendo sus encuentros con Jesús Sacramentado asistiendo a las Vigilias vespertinas del Turno de Honorarios.

Incluso en los último años se le encontraba, en su sillita de ruedas en algunas Misas, se notaba como en su propia Casa.

Se distinguió entre otras circunstancias por su dedicación al canto que el entonaba siempre con mucho amor. Medito: habrás encontrado hoy mucho revuelo a las Puertas del Cielo con motivo del doctorado de San Juan de Ávila, el que usa tu apellido, y tu allí curioseando, en silencio, sorprendido por lo cantos celestiales que ahora llegarás a perfeccionar.

En mi primer periodo de servicio a la Sección de Sevilla me acompañó como Vicepresidente, hasta que por mis obligaciones profesionales me relevó en el cargo de Presidente, cargo para el que fue reelegido posteriormente hasta que, superadas mis circunstancias personales antedichas pasé a relevarle posteriormente.

Pepe, ahora tendrás ocasión de contemplarnos desde el Turno eterno, allá encontrarás a muchos y grandes amigos, el Señor te recompensará todos los desvelos vividos; intercede ante El por todos nosotros y conocerás que Cayetano te apreciaba mucho, tanto como mostraste cuándo visité tu domicilio; gracias por cuánto me ayudaste y no me tengas en cuenta las ingratitudes que me hayas encontrado, quiero aumentar mi amistad contigo teniéndote presente en mis oraciones iniciadas nada más conocer tu marcha al Reino eterno, con ese Rosario por el que pedía a la Madre Celestial preparara tu encuentro con Su Hijo.

Ahora, en el silencio de mi habitación entonaré contigo: Hacia ti Morada Santa, hacia ti tierra de salvación…

Pepe, un fuerte abrazo en los Corazones de Jesús y María, Cayetano Medina

Adorado sea Jesús Sacramentado Ave María Purísima






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