lunes, 21 de octubre de 2013

El hambre y la desnutrición nunca pueden ser consideradas un hecho normal al que hay que acostumbrarse, como si formara parte del sistema. Algo tiene que cambiar en nosotros mismos, en nuestra mentalidad, en nuestras sociedades", instó el pontífice.

He entresacado el artículo; antes leí la página de solidaridad.net; cuando preparo su publicación algo me induce a tomar parte en el asunto, es mediodía cuando saludo a María y tengo en cuenta la reflexión anterior.

Tenemos que cambiar nuestras actitudes, de lastimosas a preocupantes y ayudar a buscar soluciones que ofrecer al Señor en favor de nuestros hermanos necesitados: esos niños pequeños no deben seguir sufriendo el hambre, la falta de asistencia familiar, el vestido, incluso el agua para beber. Ellos son a quienes el Señor menciona en muchos pasajes del evangelio poniéndolos de ejemplo en la inocencia en el amor, la candidez, el afecto y profundizo aquellos a los que debemos atender en el mundo porque ellos y sus necesidades son las pruebas que debemos superar para entrar un día a contemplar el Rostro de Dios y toda su creación, lo mismo que repetir amo a Dios porque les amo a ellos.

En nuestra mentalidad ¿ qué haremos ? si la solución dependiera de nosotros, si el Señor nos indica " hazlo tu " como lo manifestó a sus apóstoles en el milagro de los panes y los peces, tu y yo ¿ que haríamos ?

¿ Por qué no nos planteamos aportar ideas ?

Soy Adorador Nocturno Veterano Constante, en España podemos rondar el número de 20.000; si consiguiéramos que 10.000 adoradores aportásemos cada mes 9 euros o lo que es lo mismo: treinta céntimos al día equivalente al precio de un paquete de pipas, reuniríamos un millón de euros anuales que podrían aplicarse en un país pobre a:

- acercar agua, alimentos, ropa
- cooperar con cualquier misión en la enseñanza
- ayudar en la Sanidad a través de cualquier asociación que lo venga realizando
- ayudar en la construcción de viviendas dignas
- etc. Podemos unirnos a cualquier Misión de la Iglesia ayudándoles con nuestras aportaciones.

Existen tantas posibilidades...

Y por qué no me contestas con tus iniciativas?.

Recuerda que la unión hace la fuerza.

MENSAJE DEL PAPA FRANCISCO CON OCASIÓN DE LA JORNADA MUNDIAL DE LA ALIMENTACIÓN

El Papa instó a cambiar un estilo de vida que genera el desperdicio de millones de toneladas de comida y denunció la indiferencia ante los que sufren hambre. También afirmó la importancia de exigir solidaridad en los terrenos político, económico y financiero.


"Quien manda hoy es el dinero, los más débiles son olvidados"
El papa Francisco calificó de "escándalo" que exista el hambre y la desnutrición en el mundo. También criticó el consumismo, el desperdicio y el despilfarro de alimento, en un mensaje enviado al director de la FAO, José Graziano da Silva, en ocasión de la Jornada Mundial de la Alimentación.

En su mensaje, que fue leído durante la celebración de esta jornada en la sede romana de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO), Francisco consideró: "uno de los desafíos más serios para la humanidad es el de la trágica condición en la que viven todavía millones de personas hambrientas, entre ellas muchos niños".

El Papa instó a todas las partes de la sociedad a afrontar juntos este problema para lograr una solución justa y duradera y para que nadie se vea obligado a abandonar su tierra y su propio entorno cultural por la falta de los medios esenciales de subsistencia, informó la agencia Efe.

Asimismo remarcó esta paradoja: "la globalización permite conocer las situaciones de necesidad de las personas en todo el mundo, pero sin embargo crece la tendencia al individualismo y a la indiferencia tanto a nivel personal como de las instituciones y de los estados, respecto a quien muere de hambre o padece malnutrición".

"El hambre y la desnutrición nunca pueden ser consideradas un hecho normal al que hay que acostumbrarse, como si formara parte del sistema. Algo tiene que cambiar en nosotros mismos, en nuestra mentalidad, en nuestras sociedades", instó el pontífice.

Para el papa, "es necesario, hoy más que nunca, educar a la solidaridad, redescubrir el valor y el significado de esta palabra tan incómoda, y hacer que se convierta en actitud de fondo en las decisiones en el plano político, económico y financiero".

Francisco también planteó la necesidad de cambiar nuestro estilo de vida, ante los datos de la FAO que indican que 1.300 millones de toneladas de alimentos se desperdician anualmente a causa del consumismo, el desperdicio y el despilfarro.
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Tomado de solidaridad.net

viernes, 18 de octubre de 2013

Tema de REFLEXIÓN para nuestras JUNTAS DE TURNO

Octubre de 2013

Reflexiones sobre la Fe. XIII
«Creo en la resurrección de la carne, y la vida eterna”

San Pablo llama la atención a los cristianos de Corinto en el deseo de mantenerlos fielmente asentados en la fe. « ¿Cómo andan diciendo algunos entre vosotros que no hay resurrección de muertos? Si no hay resurrección de muertos, tampoco Cristo resucitó. Y si no resucitó Cristo, vana es nuestra predicación, vana también vuestra fe [...] ¡Pero no! Cristo resucitó de entre los muertos como primicias de los que durmieron» (1 Co 15, 12-14. 20).

La fe en la resurrección de los muertos ha sido desde sus comienzos un elemento esencial de la fe cristiana. "La resurrección de los muertos es esperanza de los cristianos; somos cristianos por creer en ella" (Tertuliano, De resurrectione mortuorum 1, 1); los Apóstoles y primeros discípulos, no han dejado jamás de anunciarla, como queda bien patente en el discurso de san Pablo a los atenienses (cf. Hch 17, 22). La fe en la resurrección de los muertos tiene una característica peculiar: la fe en la resurrección de la carne.

El término carne designa al hombre en su condición de debilidad y mortalidad. «La carne es soporte de la salvación» (Tertuliano). En nuestra muerte, se separan el alma y el cuerpo. Nuestro cuerpo se corrompe, y nuestra alma -en espera de reunirse con su cuerpo- va al encuentro con Dios, o se aleja para siempre de Dios. Dios en su omnipotencia, y al final de los tiempos, dará definitivamente a nuestros cuerpos la vida incorruptible y se volverán a unir a nuestras almas. Para unos será resurrección de vida, para otros, resurrección de muerte.

¿Qué significa la resurrección de la carne? Significa que el estado definitivo del hombre –su vida eterna- no será solamente el alma espiritual separada del cuerpo, sino que también nuestros cuerpos mortales un día volverán a tener vida.

Así como Cristo ha resucitado verdaderamente de entre los muertos y vive para siempre, así también Él resucitará a todos en el último día, con un cuerpo incorruptible: «los que hayan hecho el bien resucitarán para la vida, y los que hayan hecho el mal, para la condenación» (Jn 5, 29).

¿Podemos comprender y entender plenamente esta realidad de nuestra resurrección? No. La creemos firmemente, según aquella palabra de san Pablo: «Es cierta esta afirmación: si hemos muerto con Él, también viviremos con Él» (2 Tm 2, 11).

Con la resurrección de la carne, creemos en la vida eterna. La vida en la tierra es un tránsito hacia la vida eterna que comienza inmediatamente después de la muerte, y que no tendrá fin. ¿Qué ocurre en y después de la muerte? Recordamos lo que hemos estudiado en nuestros catecismos: las postrimerías del hombre son: Muerte, Juicio, Infierno y Gloria.

La muerte ya la conocemos y quizá hemos tenido ocasión de vivirla en personas queridas y en amigos cercanos. En el juicio particular, en el momento de la muerte, cada uno recibe de Dios en su alma inmortal, en relación con su fe y sus obras, una retribución: el acceso a la felicidad del cielo, inmediatamente o después de una adecuada purificación, o bien la condenación eterna al infierno.

Por cielo se entiende el estado de felicidad suprema y definitiva. Todos aquellos que mueren en gracia de Dios y no tienen necesidad de posterior purificación, son reunidos en torno a Jesús, a María, a los ángeles y a los santos, formando así la Iglesia del Cielo, donde ven a Dios cara a cara (1 Co 13, 12),

Antes de llegar al cielo, el alma puede vivir el purgatorio, el estado de los que mueren en amistad con Dios pero, aunque están seguros de su salvación eterna, necesitan aún de purificación para entrar en la eterna bienaventuranza. En virtud de la comunión de los santos, los fieles que peregrinamos en la tierra podemos ayudar a las almas del purgatorio ofreciendo por ellas oraciones de sufragio, en particular el sacrificio de la Eucaristía, con obras de penitencia y aplicando las indulgencias por su salvación.

El infierno es la condenación eterna de todos aquellos que mueren, por libre elección, en pecado mortal. La pena principal del infierno consiste en la separación eterna de Dios. Dios quiere que «todos lleguen a la conversión» (2 P 3, 9), y desea “que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad” (1 Tm 2, 4). No todos los hombres, sin embargo, buscan a Dios, quieren amarle y seguirle. Muchos le rechazan. El hombre es libre y responsable de sus actos. Dios llamará muchas veces a la puerta de su corazón; pero el hombre puede persistir en el pecado y rechazar el amor misericordioso de Dios hasta la muerte. Es el hombre quien se excluye a sí mismo de la amistad que Dios siempre le ofrece.

El juicio final (universal) consistirá en la sentencia de vida bienaventurada o de condena eterna que el Señor Jesús, retornando como juez de vivos y muertos, emitirá respecto «de los justos y de los pecadores» (Hch 24, 15), reunidos todos juntos delante de sí. Tras del juicio final, el cuerpo resucitado participará de la retribución que el alma ha recibido en el juicio particular. Este juicio final sucederá al fin del mundo, del que sólo Dios conoce el día y la hora.

Después del juicio final, el universo entero, liberado de la esclavitud de la corrupción, participará de la gloria de Cristo, inaugurando «los nuevos cielos y la tierra nueva» (2 P 3, 13). Así se alcanzará la plenitud del Reino de Dios, es decir, la realización definitiva del designio salvífico de Dios de «hacer que todo tenga a Cristo por Cabeza, lo que está en los cielos y lo que está en la tierra» (Ef 1, 10). Dios será entonces todo en todos (1 Co 15, 28), en la vida eterna.

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Cuestionario

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-¿Ofrezco oraciones y sufragios por las almas benditas del purgatorio?

-¿Soy consciente de que la Eucaristía es prenda de vida eterna, y que siembra en mi alma semillas de vida eterna?

-¿Animo a algún amigo enfermo a recibir el sacramento de la Unción de los enfermos?




miércoles, 16 de octubre de 2013

NOCHE GRANDE de la ADORACIÓN NOCTURNA ESPAÑOLA en EXTREMADURA, GALICIA y LEVANTE




La noche del día 5 de octubre será recordada por la NOCHE GRANDE de la Adoración Nocturna Española.

En GUADALUPE, PADRON y VALENCIA se celebraban simultáneamente tres Vigilias Extraordinarias por motivos distintos y un mismo fin: Adorar a Jesús Sacramentado.

Mientras en Padrón se celebraba la conmemoración del CXXV aniversario de la fundación de la Sección, en Valencia se oraba al Señor Sacramentado por las Vocaciones sacerdotales y en el Monasterio de Santa María de Guadalupe las tres Diócesis extremeñas se unían para celebrar Solemne Vigilia Interdiocesana con motivo de la clausura del año de la Fe.

A ésta última vamos a referirnos a modo de crónica: gran ambiente de fervor eucarístico en el pueblo; previamente la llegada de autobuses de distintos lugares llenó de adoradores la plaza del Monasterio.

Comenzó la Vigilia con la Procesión de banderas, más de treinta, con Adoradores de las distintas Secciones que entonaban distintos Cantos hasta la llegada al atrio del Monasterio.

El acto en su integridad fue presidido por el Sr. Obispo de Coria - Cáceres Don Francisco Cerro Chaves acompañado los Directores Espirituales de la Adoración Nocturna Española de Plasencia y Navalmoral de la Mata. El Guardián de los Franciscanos custodios del Monasterio P. Antonio Arenado sirvió a la Mesa como Maestro de Ceremonias.

Por parte del Consejo nacional de ANE asistieron al acto, además del Delegado de Zona, el Presidente Diocesano de ANE Toledo, Delegado de la Zona Centro y el Vocal nacional de Zonas; el Presidente nacional justificó su ausencia al hallarse de viaje fuera de España.

El Señor Obispo en su homilía destacó la importancia de la Adoración al Santísimo; recordó como en su momento fue Director Espiritual de una Sección, cuando ejercía de Cura. Animó a proseguir en esta labor de acercar nuevos adoradores dejando siempre una impresión de hombres de fe que transmitan alegría e ilusión.

Tras la Vigilia nocturna se organizó la procesión con S.D.M. por el claustro; el Maestro de Ceremonias hizo un breve comentario sobre la importancia de esta celebración entre los monjes que se reunían en oración, al igual que ahora los adoradores, si bien éstos inundaban el espacio cuya luz más resplandeciente era la Custodia portada por el Obispo e incensada por el P. Guardián del Convento.

De vuelta al Templo que continuaba abarrotado de fieles, tras Reservar en el Sagrario la Sagrada Forma se entono el rezo de la Salve continuado del himno a la Santísima Virgen de Guadalupe.

A todos los Adoradores y muy especialmente al Delegado de Zona y Presidentes de los Consejos Diocesanos que han preparado con todo detalle la Vigilia nuestra felicitación y deseos de Gracias espirituales para todos