ENCUENTROS CON JESÚS EUCARISTÍA
Mayo de 2011
X.- La Eucaristía y el testimonio de la caridad (Cont.)
Continuamos con las palabras pronunciadas por Benedicto XIV el 15 de junio de 2010 en la Basílica de San Juan de Letrán sobre el tema: “Se les abrieron los ojos, lo reconocieron y lo anunciaron”:
El encuentro transformador con Cristo en la Eucaristía.
“La Santa Misa, celebrada con respeto de las normas liturgias y con una valoración adecuada de la riqueza de los signos y de los gestos, favorece y promueve el crecimiento de la fe eucarística. En la celebración eucarística no nos inventamos algo, sino que entramos en una realidad que nos precede; es más, abarca el cielo y la tierra y, por tanto, también el pasado, el futuro y el presente.
Esta apertura universal, este encuentro con todos los hijos e hijas de Dios es la grandeza de la Eucaristía: salimos al encuentro de la realidad de Dios presente en el cuerpo y la sangre del Resucitado entre nosotros. Por tanto, las prescripciones litúrgicas dictadas por la Iglesia no son algo exterior, sino que expresan concretamente esta realidad de la revelación del cuerpo y sangre de Cristo y, de este modo la oración revela la Fe según el antiguo principio de lex orandi - lex credendi. Por esto, podemos decir que "la mejor catequesis sobre la Eucaristía es la misma Eucaristía bien celebrada" (exhortación apostólica postsinodal Sacramentum caritatis, 64).
Es necesario que, en la liturgia, aparezca con claridad la dimensión trascendente, la dimensión del Misterio del encuentro con el Divino, que ilumina y eleva también la dimensión “horizontal”, es decir, el lazo de comunión y de solidaridad que se da entre quienes pertenecen a la Iglesia.
De hecho, cuando prevalece esta última, no se comprende plenamente la belleza, la profundidad y la importancia del Misterio celebrado.
Queridos hermanos en el sacerdocio: a vosotros el obispo ha encomendado, en el día de la ordenación sacerdotal, la tarea de presidir la Eucaristía. Llevad siempre en vuestro corazón el ejercicio de esta misión: celebrar los divinos misterios con una participación interior intensa para que los hombres y las mujeres de nuestra ciudad puedan santificarse, entrar en contacto con Dios, verdad absoluta y amor eterno.
Y tengamos también presente que la Eucaristía, unida a la cruz, a la resurrección del Señor, ha abierto una nueva estructura a nuestro tiempo.
El Resucitado se había manifestado el día siguiente al sábado, el primer día de la semana, día del sol y de la creación. Desde el inicio los cristianos han celebrado su encuentro con el Resucitado, la Eucaristía, en este primer día, en este nuevo día del verdadero Sol de la historia, el Cristo Resucitado.
Y de este modo, el tiempo vuelve a comenzar cada vez en el encuentro con el Resucitado y este encuentro da sentido y fuerza a la vida de cada día. Por este motivo, es muy importante para nosotros los cristianos seguir este nuevo ritmo del tiempo, encontrarnos con el Resucitado en el domingo y "albergar" su presencia, que nos transforme y transforme nuestro tiempo.
Además, invito a todos a redescubrir la fecundidad de la adoración eucarística: ante el Santísimo Sacramento experimentamos de manera totalmente particular ese "permanecer" de Jesús, que Él mismo, en el Evangelio de Juan, pone como condición necesaria para dar mucho fruto (Cf. Juan 15, 5) y evitar que nuestra acción apostólica quede reducida a un estéril activismo, convirtiéndose más bien en testimonio del amor de Dios.
* * * * * *
Cuestionario
¿Me doy cuenta de que en la Eucaristía me reencuentro personalmente con Cristo?
¿Respeto y amo las normas litúrgicas establecidas por la Santa Sede?
¿Estoy convencido de que al “adorar la Eucaristía” permanezco en unión con Cristo?
sábado, 30 de abril de 2011
Consagración de las familias a JESÚS por MARÍA
"Junto a la Cruz de Jesús estaban su Madre y la hermana de su Madre.... Jesús, viendo a su madre y junto a ella al discípulo a quien amaba, dice a su Madre: Mujer, ahí tienes a tu hijo." Luego dice al discípulo: "Ahí tienes a tu madre." Y desde aquella hora el discípulo la acogió en su casa." San Juan 19 : 25-27
Jesús le dio a San Juan, al pie de la Cruz, su mas precioso tesoro.... su Madre, la Siempre Virgen María. Le dice: "Aquí tienes a tu Madre, pues ya no es solamente mi Madre."
¿Por qué Jesús hizo esto unos instantes antes de morir?
-Porque la amaba profundamente
-Porque sabía que ese hijo, quien representaba a la Iglesia, la necesitaba para crecer en perfección cristiana y en la batalla contra el demonio, el mundo y la carne.
¿Qué hizo San Juan?
"Desde aquel momento el discípulo la recibió en su casa."
-En la intimidad de su corazón.
-Partícipe de toda su vida
¿Qué deben hacer todas las familias?
Lo mismo que hizo San Juan, acoger la Virgen Santísima en su casa.
Reconocer la necesidad de que cada familia viva dentro del Corazón Inmaculado de María para así recibir la protección contra el demonio, el mundo y la carne que Ella como Madre quiere y puede ejercer.
Adentrarse en el Corazón de María como el medio seguro y eficaz para llegar al Corazón de Jesús.
"La victoria, si llega, será alcanzada por María. Cristo vencerá por medio de Ella, porque Él quiere que las victorias de la Iglesia en el mundo contemporáneo y en el mundo del futuro estén unidas a Ella." (SS Juan Pablo II - Cruzando el Umbral de la Esperanza).
¿Hacia dónde llevará nuestra familia el Corazón Inmaculado de María?
Nos llevará al Corazón de Jesús.
Nos introducirá y nos mantendrá en el estilo de vida que asegure que estemos caminando de acuerdo a los designios y voluntad del Corazón de Jesús.
"Si me amáis, guardaréis mis mandamientos." (San Juan 14 : 14)
"Quien dice que permanece en Él, debe vivir como vivió Él." (1 San Juan 2 :6)
Nos llevará a la Eucaristía , a los Sacramentos, al amor y obediencia a la Iglesia, a la reparación y expiación de nuestros pecados y los del mundo entero y a la perfección de la vida cristiana.
Nos llevará a la unidad en el amor y hará de nuestra familia una escuela de amor.
El fundamento de toda familia es el amor. No puede haber amor si no hay unidad de mente y corazón, paz, comunicación, oración, virtud, mortificación y sacrificio de cada uno, crecimiento espiritual y responsabilidad. Esto es lo que la Virgen luchará por alcanzarles, porque este fue el amor que se vivió en la Sagrada Familia.
La unión de los Corazones de Jesús y María junto con la participación por San José en este amor de los dos Corazones fue lo que constituyó la Sagrada Familia.
Una familia será santa si cada uno de los miembros de la familia honran, contemplan, obedecen y sirven a los dos Corazones.
¿Por qué deben consagrarse las familias?
Por los ataques y batallas que libran
La batalla del enemigo hoy se dirige de manera particular a las relaciones familiares: entre los matrimonios, entre los padres y los hijos, entre los hermanos, etc.
(Y de esto:)El atentado contra el Papa el 13 de mayo de 1981, día de N.S. de Fátima, era el día en que el se dirigía a inaugurar el Consejo Pontificio para la Familia. El Papa escogió hacerlo ese día porque el tema que había escogido era: "La importancia de tener a la Virgen María como Madre y guardiana de la familia."
Si se destruye la familia, se destruirá la sociedad y se debilita la Iglesia.
Las tres estrategias de Satanás contra la familia
1. La confusión de valores : materialismo, papeles invertido, etc.
2. La desunión : falta de comunicación, la Televisión, resentimiento, competencia, etc.
3. La glorificación del yo y de los placeres de la carne : ambición, aborto, independencia
¿Cuál es el Remedio ante estos ataques?
Dios nos ofrece como remedio la Consagración al Inmaculado Corazón de María como medio seguro de estar consagrados al Sagrado Corazón de Jesús. Oración del Papa Juan Pablo II en 1983:
"Oh, Santa Virgen María, Madre de Dios y de la Iglesia, a tu Inmaculado Corazón consagramos nuestras familias. Con tu ayuda, nos encomendamos y nos consagramos al Divino Corazón de Jesús y así estaremos contigo y con Jesús en el Espíritu Santo, siempre y totalmente consagrados a la voluntad del Padre celestial."
¿Qué es la Consagración?
Una promesa de amor en donde se le da todo lo que la familia es, tiene y hace a Jesús a través y dentro del Corazón Inmaculado de la Virgen María para que por estos Dos Corazones, vivan plenamente entregados a la voluntad del Padre.
La familia se abandona en las manos de la Virgen María para que ella ejerza su papel de Madre espiritual, de Mediadora de las gracias, de Abogada y de Reina.
La meta final de toda consagración es Jesús; La Virgen María es el medio eficaz para alcanzar mayor unión con Cristo y es fuente de protección maternal contra Satanás.
Por medio de la consagración, los miembros de la familia han de llegar a ser como San José, totalmente dedicados a Jesús y a María. Deben pedir a Dios la gracia de vivir fieles a esta consagración, reconociendo que pertenecen a los Corazones de Jesús y de María quienes han de ser el centro de cada aspecto de sus vidas, decisiones, relaciones, etc.
¿Cuáles son los Frutos de la Consagración?
Permitirá a la Virgen Santísima usar libremente su poder de intercesión y de santificación para el crecimiento de su familia en la gracia :
La Virgen respeta la voluntad de cada uno y por eso espera a que la familia se consagre libremente para entonces ejercer su misión plenamente. Primero hay que abrir las puertas y luego responder fielmente a todo cuanto pide la Virgen para acercarnos al Corazón de Jesús.
El Don de la auto-donación:
Esto es lo que el Santo Padre llama la capacidad de entregar sus familias a Jesús y a María, con todo lo que son y todo lo que tiene, para que Él Reine sobre ustedes.
Será Fuente de Protección :
Por la decisión libre que han hecho, su familia pertenece a los Corazones de Jesús y María, y serán protegidos espiritualmente como un don reciproco de su regalo a ellos.
Es señalar sus hogares con el sello de los Corazones de Jesús y María :
Como los Israelitas señalaron sus casas con la sangre de un cordero para no perecer ante el espíritu de muerte .
El Corazón de María es el nuevo Arca de Noé que nos llevará seguramente al Corazón de Jesús
Les obtendrá gracias para vivir las virtudes interiores de los Dos Corazones
Les ayudará a abrir sus corazones para vivir las virtudes que se encuentran en los Corazones de Jesús y María. Especialmente:
-la humildad, la mansedumbre, el amor sacrificial, la pureza y la obediencia
También les ayudará a ejercer las virtudes que construyen y mantienen la unidad de familia:
La paz, el orden, el respeto, la delicadeza, el pensar primero en el otro, la abnegación, la comunicación y sobre todo la caridad.
¿Cómo debe vivir una Familia consagrada al Corazón Inmaculado de María?
-Fidelidad a la Iglesia y a los Sacramentos, especialmente la Eucaristía (si es posible, la Santa Misa diaria)y la Confesión regular.
-Oración, personal y familiar, especialmente el rezo del Santo Rosario diariamente o semanalmente.
-Tener una imagen de los Dos Corazones en un lugar preeminente.
Visitar regularmente al Santísimo Sacramento y participar en la Comunión Reparadora de los Primeros Viernes (tener estilo de vida de reparación) y participar en los Primero Sábados.
-Apoyar a su parroquia con su tiempo y recursos.
-Ser generosa en las necesidades de los demás.
-Estudiar la fe y meditación semanal de las Escrituras como familia.
-Si es posible, usar el escapulario.
-Renovar regularmente la oración de Consagración de la familia
Consagración de la familia a Jesús por María (compuesta por SCTJM)
Consagración a Jesús por María
Jesús le dio a San Juan, al pie de la Cruz, su mas precioso tesoro.... su Madre, la Siempre Virgen María. Le dice: "Aquí tienes a tu Madre, pues ya no es solamente mi Madre."
¿Por qué Jesús hizo esto unos instantes antes de morir?
-Porque la amaba profundamente
-Porque sabía que ese hijo, quien representaba a la Iglesia, la necesitaba para crecer en perfección cristiana y en la batalla contra el demonio, el mundo y la carne.
¿Qué hizo San Juan?
"Desde aquel momento el discípulo la recibió en su casa."
-En la intimidad de su corazón.
-Partícipe de toda su vida
¿Qué deben hacer todas las familias?
Lo mismo que hizo San Juan, acoger la Virgen Santísima en su casa.
Reconocer la necesidad de que cada familia viva dentro del Corazón Inmaculado de María para así recibir la protección contra el demonio, el mundo y la carne que Ella como Madre quiere y puede ejercer.
Adentrarse en el Corazón de María como el medio seguro y eficaz para llegar al Corazón de Jesús.
"La victoria, si llega, será alcanzada por María. Cristo vencerá por medio de Ella, porque Él quiere que las victorias de la Iglesia en el mundo contemporáneo y en el mundo del futuro estén unidas a Ella." (SS Juan Pablo II - Cruzando el Umbral de la Esperanza).
¿Hacia dónde llevará nuestra familia el Corazón Inmaculado de María?
Nos llevará al Corazón de Jesús.
Nos introducirá y nos mantendrá en el estilo de vida que asegure que estemos caminando de acuerdo a los designios y voluntad del Corazón de Jesús.
"Si me amáis, guardaréis mis mandamientos." (San Juan 14 : 14)
"Quien dice que permanece en Él, debe vivir como vivió Él." (1 San Juan 2 :6)
Nos llevará a la Eucaristía , a los Sacramentos, al amor y obediencia a la Iglesia, a la reparación y expiación de nuestros pecados y los del mundo entero y a la perfección de la vida cristiana.
Nos llevará a la unidad en el amor y hará de nuestra familia una escuela de amor.
El fundamento de toda familia es el amor. No puede haber amor si no hay unidad de mente y corazón, paz, comunicación, oración, virtud, mortificación y sacrificio de cada uno, crecimiento espiritual y responsabilidad. Esto es lo que la Virgen luchará por alcanzarles, porque este fue el amor que se vivió en la Sagrada Familia.
La unión de los Corazones de Jesús y María junto con la participación por San José en este amor de los dos Corazones fue lo que constituyó la Sagrada Familia.
Una familia será santa si cada uno de los miembros de la familia honran, contemplan, obedecen y sirven a los dos Corazones.
¿Por qué deben consagrarse las familias?
Por los ataques y batallas que libran
La batalla del enemigo hoy se dirige de manera particular a las relaciones familiares: entre los matrimonios, entre los padres y los hijos, entre los hermanos, etc.
(Y de esto:)El atentado contra el Papa el 13 de mayo de 1981, día de N.S. de Fátima, era el día en que el se dirigía a inaugurar el Consejo Pontificio para la Familia. El Papa escogió hacerlo ese día porque el tema que había escogido era: "La importancia de tener a la Virgen María como Madre y guardiana de la familia."
Si se destruye la familia, se destruirá la sociedad y se debilita la Iglesia.
Las tres estrategias de Satanás contra la familia
1. La confusión de valores : materialismo, papeles invertido, etc.
2. La desunión : falta de comunicación, la Televisión, resentimiento, competencia, etc.
3. La glorificación del yo y de los placeres de la carne : ambición, aborto, independencia
¿Cuál es el Remedio ante estos ataques?
Dios nos ofrece como remedio la Consagración al Inmaculado Corazón de María como medio seguro de estar consagrados al Sagrado Corazón de Jesús. Oración del Papa Juan Pablo II en 1983:
"Oh, Santa Virgen María, Madre de Dios y de la Iglesia, a tu Inmaculado Corazón consagramos nuestras familias. Con tu ayuda, nos encomendamos y nos consagramos al Divino Corazón de Jesús y así estaremos contigo y con Jesús en el Espíritu Santo, siempre y totalmente consagrados a la voluntad del Padre celestial."
¿Qué es la Consagración?
Una promesa de amor en donde se le da todo lo que la familia es, tiene y hace a Jesús a través y dentro del Corazón Inmaculado de la Virgen María para que por estos Dos Corazones, vivan plenamente entregados a la voluntad del Padre.
La familia se abandona en las manos de la Virgen María para que ella ejerza su papel de Madre espiritual, de Mediadora de las gracias, de Abogada y de Reina.
La meta final de toda consagración es Jesús; La Virgen María es el medio eficaz para alcanzar mayor unión con Cristo y es fuente de protección maternal contra Satanás.
Por medio de la consagración, los miembros de la familia han de llegar a ser como San José, totalmente dedicados a Jesús y a María. Deben pedir a Dios la gracia de vivir fieles a esta consagración, reconociendo que pertenecen a los Corazones de Jesús y de María quienes han de ser el centro de cada aspecto de sus vidas, decisiones, relaciones, etc.
¿Cuáles son los Frutos de la Consagración?
Permitirá a la Virgen Santísima usar libremente su poder de intercesión y de santificación para el crecimiento de su familia en la gracia :
La Virgen respeta la voluntad de cada uno y por eso espera a que la familia se consagre libremente para entonces ejercer su misión plenamente. Primero hay que abrir las puertas y luego responder fielmente a todo cuanto pide la Virgen para acercarnos al Corazón de Jesús.
El Don de la auto-donación:
Esto es lo que el Santo Padre llama la capacidad de entregar sus familias a Jesús y a María, con todo lo que son y todo lo que tiene, para que Él Reine sobre ustedes.
Será Fuente de Protección :
Por la decisión libre que han hecho, su familia pertenece a los Corazones de Jesús y María, y serán protegidos espiritualmente como un don reciproco de su regalo a ellos.
Es señalar sus hogares con el sello de los Corazones de Jesús y María :
Como los Israelitas señalaron sus casas con la sangre de un cordero para no perecer ante el espíritu de muerte .
El Corazón de María es el nuevo Arca de Noé que nos llevará seguramente al Corazón de Jesús
Les obtendrá gracias para vivir las virtudes interiores de los Dos Corazones
Les ayudará a abrir sus corazones para vivir las virtudes que se encuentran en los Corazones de Jesús y María. Especialmente:
-la humildad, la mansedumbre, el amor sacrificial, la pureza y la obediencia
También les ayudará a ejercer las virtudes que construyen y mantienen la unidad de familia:
La paz, el orden, el respeto, la delicadeza, el pensar primero en el otro, la abnegación, la comunicación y sobre todo la caridad.
¿Cómo debe vivir una Familia consagrada al Corazón Inmaculado de María?
-Fidelidad a la Iglesia y a los Sacramentos, especialmente la Eucaristía (si es posible, la Santa Misa diaria)y la Confesión regular.
-Oración, personal y familiar, especialmente el rezo del Santo Rosario diariamente o semanalmente.
-Tener una imagen de los Dos Corazones en un lugar preeminente.
Visitar regularmente al Santísimo Sacramento y participar en la Comunión Reparadora de los Primeros Viernes (tener estilo de vida de reparación) y participar en los Primero Sábados.
-Apoyar a su parroquia con su tiempo y recursos.
-Ser generosa en las necesidades de los demás.
-Estudiar la fe y meditación semanal de las Escrituras como familia.
-Si es posible, usar el escapulario.
-Renovar regularmente la oración de Consagración de la familia
Consagración de la familia a Jesús por María (compuesta por SCTJM)
Consagración a Jesús por María
martes, 26 de abril de 2011
OCCIDENTE, LOS PAISES CENTRALES DEL CRISTIANISMO, ESTÁN CANSADOS DE SU FE
CIUDAD DEL VATICANO, jueves 21 de abril de 2011 (ZENIT.org).- El Papa Benedicto XVI afirmó hoy, durante la homilía en la Misa Crismal, celebrada en la Basílica de San Pedro, que los cristianos, “Pueblo de Dios”, corren el riesgo, sobre todo en Occidente, de dejar de ser pueblo, por haberse alejado de Dios.
El Pontífice dedicó la homilía a hablar del significado de los Santos Óleos que se bendicen este día en toda la Iglesia, y especialmente del Crisma, el más noble de todos, que se usa en la Confirmación y en la Ordenación Sacerdotal.
Esta “unción sacerdotal” convierte a los cristianos en “santuario de Dios en el mundo”, explicó. Pero se preguntó a continuación si esta misión se está llevando a cabo hoy, o si por el contrario, en lugar de “abrir a los hombres el acceso a Dios”, por el contrario, “se lo escondemos”.
“Nosotros –el Pueblo de Dios– ¿acaso no nos hemos convertido en un pueblo de incredulidad y de lejanía de Dios? ¿No es verdad que el Occidente, que los países centrales del cristianismo están cansados de su fe y, aburridos de su propia historia y cultura, ya no quieren conocer la fe en Jesucristo?”, se preguntó.
Por ello, el Papa invitió a todos los fieles a “gritar en esta hora a Dios: No permitas que nos convirtamos en no-pueblo. Haz que te reconozcamos de nuevo”.
En este sentido, afirmó la importancia de la próxima beatificación de Juan Pablo II, “un gran testigo de Dios y de Jesucristo en nuestro tiempo”.
A pesar de “la vergüenza por nuestros errores, no debemos olvidar que también hoy existen ejemplos luminosos de fe; que también hoy hay personas que, mediante su fe y su amor, dan esperanza al mundo”, añadió el Papa.
El Pontífice dedicó la homilía a hablar del significado de los Santos Óleos que se bendicen este día en toda la Iglesia, y especialmente del Crisma, el más noble de todos, que se usa en la Confirmación y en la Ordenación Sacerdotal.
Esta “unción sacerdotal” convierte a los cristianos en “santuario de Dios en el mundo”, explicó. Pero se preguntó a continuación si esta misión se está llevando a cabo hoy, o si por el contrario, en lugar de “abrir a los hombres el acceso a Dios”, por el contrario, “se lo escondemos”.
“Nosotros –el Pueblo de Dios– ¿acaso no nos hemos convertido en un pueblo de incredulidad y de lejanía de Dios? ¿No es verdad que el Occidente, que los países centrales del cristianismo están cansados de su fe y, aburridos de su propia historia y cultura, ya no quieren conocer la fe en Jesucristo?”, se preguntó.
Por ello, el Papa invitió a todos los fieles a “gritar en esta hora a Dios: No permitas que nos convirtamos en no-pueblo. Haz que te reconozcamos de nuevo”.
En este sentido, afirmó la importancia de la próxima beatificación de Juan Pablo II, “un gran testigo de Dios y de Jesucristo en nuestro tiempo”.
A pesar de “la vergüenza por nuestros errores, no debemos olvidar que también hoy existen ejemplos luminosos de fe; que también hoy hay personas que, mediante su fe y su amor, dan esperanza al mundo”, añadió el Papa.
lunes, 25 de abril de 2011
FELIZ PASCUA
“ CRISTO HA RESUCITADO Y CON SU CLARIDAD ILUMINA AL PUEBLO RESCATADO CON SU SANGRE ¡ ALELUYA, ALELUYA ¡ “
¿ de qué sirviera vivir
fracasados sin sentido
si no existe el objetivo
de una eternidad feliz ? (Mª Rosario Álvarez, Clarisa franciscana)
En la alegría de la Pascua, sabedores que con la Resurrección de nuestro Señor se nos han abierto las puertas de la vida eterna, deseo compartir con vosotros y familia la felicidad que nos inunda el corazón.
Cayetano Medina
¿ de qué sirviera vivir
fracasados sin sentido
si no existe el objetivo
de una eternidad feliz ? (Mª Rosario Álvarez, Clarisa franciscana)
En la alegría de la Pascua, sabedores que con la Resurrección de nuestro Señor se nos han abierto las puertas de la vida eterna, deseo compartir con vosotros y familia la felicidad que nos inunda el corazón.
Cayetano Medina
viernes, 15 de abril de 2011
LA INMIGRACION Y LA SOCIEDAD DEL FUTURO
ZS11041507 - 15-04-2011
Permalink: http://www.zenit.org/article-38974?l=spanish
Por monseñor Giampaolo Crepaldi*
ROMA, viernes 15 de abril de 2011 (ZENIT.org).- El fenómeno de las migraciones es bastante conocido y complejo. Sería muy ingenuo pensar que el fenómeno se pudiese frenar o incluso impedir; sería también cándido pensar que lo mejor sería abrir las puertas a todos. La sociedad multirreligiosa y multicultural no es un hecho negativo en sí mismo ni es, sólo, portador de ventajas.
Muchos inmigrantes están en un estado de necesidad y son ayudados, pero muchos otros no tienen sólo buenas intenciones. Además el gobierno de las emigraciones tiene necesidad de un concepto claro de integración que hoy no se ve todavía en el horizonte.
Comencemos aclarando que para la Doctrina Social de la Iglesia existe un derecho de emigrar que debe estar garantizado a todos. Cada uno debe poder libremente dejar el propio país. Este es un derecho reconocido y aplicado en los países democráticos, pero no siempre en países poco o para nada democráticos. El derecho a emigrar está relacionado con la libertad personal y con la posibilidad de huir de las persecuciones o amenazas por motivos políticos o religiosos. Tiene también, que ver con el derecho a buscar el propio bienestar o el de su familia.
No existe, sin embargo, el derecho absoluto a inmigrar, es decir entrar en otro país. Esto es así, porque todo país tiene derecho a protegerse a sí mimo y a tutelar la seguridad de sus propios habitantes. Tiene también derecho a tutelar la propia identidad cultural que en caso de inmigraciones masivas podría ponerse en peligro.
La disciplina de las inmigraciones está, por tanto, relacionada con la legítima defensa y el derecho de todo pueblo de preservar las condiciones de justicia y de paz en su interior, En este sentido, la inmigración clandestina se combate y es lícito que un Estado haga valer sus reglas delante de quien quiera entrar en el mismo. Es también lícito que las personas sean expulsadas de un país si han entrado en él ilegalmente. Un país tiene, también, derecho a seleccionar los ingresos, por motivos de seguridad por ejemplo, o de paz social, y a disciplinarlos según su criterio.
Detrás de las migraciones, sin embargo, no hay sólo problemas jurídicos, además, a menudo, hay situaciones humanas muy difíciles. Son necesarias las barreras para entrar, pero deben también responder a exigencias humanitarias de acogida de quien es perseguido y en todo caso, delante de un inmigrante incluso clandestino, los deberes que se debe tener frente a una persona humana no cesan: “al hombre se le debe algo por el hecho de ser hombre”. Se trata de entender que cuando “llega” ilegalmente a un país no pierde el derecho humano de ser alimentado, nutrido, vestido y cuidado. Esto se le debe a todos, aunque si después se aplican las normas vigentes en esta materia que sin embargo, no pueden ser totalmente rígidas de manera que impidan un tratamiento humano a las personas interesadas.
La regularización de los inmigrantes puede prever las condiciones y los procedimientos a seguir y cada Estado se regulará en base a sus propias leyes y al derecho humanitario. Una vez que el inmigrante está regularizado es necesario aplicarle el derecho al trabajo y los derechos sociales. Sin disparidad de tratamiento con los demás ciudadanos. No puede haber tratamientos laborales distintos para los trabajadores inmigrantes. No debe haber tampoco tratamientos de favor, que a veces se enfrentan con el disfrute de otros derechos sociales, desde la guardería a la educación.
Los derechos sociales y laborales se deben aplicar enseguida y son aquellos que interesan mayormente a los mismos inmigrantes. Muchos de ellos, de hecho, no pretenden detenerse en el país de acogida, sino que después de un cierto número de años, pretenden volver a su patria de origen, tras haber reservado los recursos necesarios para iniciar allí una cierta actividad económica. Distinto es el caso de los derechos políticos, como por ejemplo el derecho al voto. No está bien que este derecho se conceda demasiado pronto, ya que el derecho al voto permite contribuir en la dirección general hacia la que la sociedad entera quiere ir. Implica una pertenencia y una integración muy sólida que exigen tiempo. No es suficiente que se aprenda la constitución o la lengua de uso, sino que se compartan los valores de fondo de la sociedad a la que se pretende contribuir y guiar.
Tenemos así, tres niveles distintos de problemas: los derechos humanos elementales que son garantizados, incluso a los clandestinos; los derechos de trabajo y los derechos sociales que se garantizan enseguida a los que se regularizan; los derechos políticos que exigen tiempo y presuponen una integración sólida. Es necesario tener claro que se entiende por sociedad multicultural. Esto no debe significar que las distintas comunidades culturales vivan cada una separada de la otra en el propio gueto, cada una con sus propias reglas de vida, cualquiera que sean. Esto no es integración sino un acercamiento caótico de distintas entidades cerradas en sí mismas que no se comunican. Por tanto no favorece la integración la concesión de un barrio entero o una calle de una ciudad a una cierta comunidad cultural. Como no favorece la integración, la constitución de clases escolásticas compuestas todas por alumnos de una cierta etnia o cultura. No favorece la integración, tampoco, permitir que los antiguos ciudadanos de un barrio deban abandonar sus casas donde han vivido siempre, porque están invadidas de gente de cultura distinta que han monopolizado el territorio.
Desgraciadamente, hasta ahora esto es lo que ha sucedido sobre todo en Europa. Normalmente sucede que la comunidad inmigrante que viven entre ellos sin integrarse, no cultivan ningún sentimiento de pertenencia ni de estima por el país que los ha acogido, incluso, para reivindicar su propia autonomía y para no dejarse asimilar, se resisten a las costumbres y a las leyes locales, tendiendo a conservar completamente las propias costumbres y dándose sus propias leyes. Se crean así naciones dentro de naciones cerradas en sí mismas, como compartimientos estancos.
Tampoco favorece la integración la idea de realizarla a través de proveer los servicios sociales a los inmigrantes. La participación de los inmigrantes en nuestro sistema de bienestar no puede ser la única respuesta a la necesidad de integración porque está sólo es una respuesta de tipo administrativo o burocrático. Sucede que los inmigrantes aprenden muy bien a usar nuestro sistema asistencial sin alimentar sin embargo ninguna estima por los que dan este servicio y continúan cultivando una completa autonomía cultural y social.
Un tema estrictamente vinculado con todo esto es el famoso criterio del “respeto a las reglas”. Es necesario acoger a quien entra en nuestras sociedades, pero siempre respetando las reglas. Así, al menos, se dice muy a menudo. El principio es correcto y la exigencia es legítima. Pero las reglas revelan siempre una cultura, no son sólo simples procedimientos formales. Pedir el respeto a unas reglas no significa impedir el respeto a otras. No hay una legalidad sin la cultura de esa legalidad y esta misma no sólo está relacionada con el ámbito del derecho y de la ley, sino que también con la concepción de la persona y de los motivos de nuestro estar juntos.
Nuestras leyes son fruto de siglos de historia, de influencias religiosas y filosóficas, de una costumbre difundida. Lo que es obvio para nosotros porque está basado en nuestra historia, puede resultar incomprensible para otra persona de una cultura distinta. Por este motivo no es suficiente limitarse al respeto de las reglas, sino que es necesario expresar la confianza de que nuestras reglas tienen un sentido preciso y no sólo expresan una convención, también expresan unos valores. A estos valores es necesario educar a los recién llegados. Pero no siempre quien pide el respeto de las reglas está dispuesto a asumir el deber de educación de los recién llegados, en una serie de valores que sostiene esas reglas y para aprenderlos no basta un curso de pocas horas sobre nuestra Constitución.
*Monseñor Giampaolo Crepaldi es arzobispo de Trieste y Presidente de la Comisión “Caritas in veritate” del Consejo de las Conferencias Episcopales de Europa (CCEE)y Presidente del Observatorio Internacional “Cardenal Van Thuân” sobre la Doctrina Social de la Iglesia.
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Por monseñor Giampaolo Crepaldi*
ROMA, viernes 15 de abril de 2011 (ZENIT.org).- El fenómeno de las migraciones es bastante conocido y complejo. Sería muy ingenuo pensar que el fenómeno se pudiese frenar o incluso impedir; sería también cándido pensar que lo mejor sería abrir las puertas a todos. La sociedad multirreligiosa y multicultural no es un hecho negativo en sí mismo ni es, sólo, portador de ventajas.
Muchos inmigrantes están en un estado de necesidad y son ayudados, pero muchos otros no tienen sólo buenas intenciones. Además el gobierno de las emigraciones tiene necesidad de un concepto claro de integración que hoy no se ve todavía en el horizonte.
Comencemos aclarando que para la Doctrina Social de la Iglesia existe un derecho de emigrar que debe estar garantizado a todos. Cada uno debe poder libremente dejar el propio país. Este es un derecho reconocido y aplicado en los países democráticos, pero no siempre en países poco o para nada democráticos. El derecho a emigrar está relacionado con la libertad personal y con la posibilidad de huir de las persecuciones o amenazas por motivos políticos o religiosos. Tiene también, que ver con el derecho a buscar el propio bienestar o el de su familia.
No existe, sin embargo, el derecho absoluto a inmigrar, es decir entrar en otro país. Esto es así, porque todo país tiene derecho a protegerse a sí mimo y a tutelar la seguridad de sus propios habitantes. Tiene también derecho a tutelar la propia identidad cultural que en caso de inmigraciones masivas podría ponerse en peligro.
La disciplina de las inmigraciones está, por tanto, relacionada con la legítima defensa y el derecho de todo pueblo de preservar las condiciones de justicia y de paz en su interior, En este sentido, la inmigración clandestina se combate y es lícito que un Estado haga valer sus reglas delante de quien quiera entrar en el mismo. Es también lícito que las personas sean expulsadas de un país si han entrado en él ilegalmente. Un país tiene, también, derecho a seleccionar los ingresos, por motivos de seguridad por ejemplo, o de paz social, y a disciplinarlos según su criterio.
Detrás de las migraciones, sin embargo, no hay sólo problemas jurídicos, además, a menudo, hay situaciones humanas muy difíciles. Son necesarias las barreras para entrar, pero deben también responder a exigencias humanitarias de acogida de quien es perseguido y en todo caso, delante de un inmigrante incluso clandestino, los deberes que se debe tener frente a una persona humana no cesan: “al hombre se le debe algo por el hecho de ser hombre”. Se trata de entender que cuando “llega” ilegalmente a un país no pierde el derecho humano de ser alimentado, nutrido, vestido y cuidado. Esto se le debe a todos, aunque si después se aplican las normas vigentes en esta materia que sin embargo, no pueden ser totalmente rígidas de manera que impidan un tratamiento humano a las personas interesadas.
La regularización de los inmigrantes puede prever las condiciones y los procedimientos a seguir y cada Estado se regulará en base a sus propias leyes y al derecho humanitario. Una vez que el inmigrante está regularizado es necesario aplicarle el derecho al trabajo y los derechos sociales. Sin disparidad de tratamiento con los demás ciudadanos. No puede haber tratamientos laborales distintos para los trabajadores inmigrantes. No debe haber tampoco tratamientos de favor, que a veces se enfrentan con el disfrute de otros derechos sociales, desde la guardería a la educación.
Los derechos sociales y laborales se deben aplicar enseguida y son aquellos que interesan mayormente a los mismos inmigrantes. Muchos de ellos, de hecho, no pretenden detenerse en el país de acogida, sino que después de un cierto número de años, pretenden volver a su patria de origen, tras haber reservado los recursos necesarios para iniciar allí una cierta actividad económica. Distinto es el caso de los derechos políticos, como por ejemplo el derecho al voto. No está bien que este derecho se conceda demasiado pronto, ya que el derecho al voto permite contribuir en la dirección general hacia la que la sociedad entera quiere ir. Implica una pertenencia y una integración muy sólida que exigen tiempo. No es suficiente que se aprenda la constitución o la lengua de uso, sino que se compartan los valores de fondo de la sociedad a la que se pretende contribuir y guiar.
Tenemos así, tres niveles distintos de problemas: los derechos humanos elementales que son garantizados, incluso a los clandestinos; los derechos de trabajo y los derechos sociales que se garantizan enseguida a los que se regularizan; los derechos políticos que exigen tiempo y presuponen una integración sólida. Es necesario tener claro que se entiende por sociedad multicultural. Esto no debe significar que las distintas comunidades culturales vivan cada una separada de la otra en el propio gueto, cada una con sus propias reglas de vida, cualquiera que sean. Esto no es integración sino un acercamiento caótico de distintas entidades cerradas en sí mismas que no se comunican. Por tanto no favorece la integración la concesión de un barrio entero o una calle de una ciudad a una cierta comunidad cultural. Como no favorece la integración, la constitución de clases escolásticas compuestas todas por alumnos de una cierta etnia o cultura. No favorece la integración, tampoco, permitir que los antiguos ciudadanos de un barrio deban abandonar sus casas donde han vivido siempre, porque están invadidas de gente de cultura distinta que han monopolizado el territorio.
Desgraciadamente, hasta ahora esto es lo que ha sucedido sobre todo en Europa. Normalmente sucede que la comunidad inmigrante que viven entre ellos sin integrarse, no cultivan ningún sentimiento de pertenencia ni de estima por el país que los ha acogido, incluso, para reivindicar su propia autonomía y para no dejarse asimilar, se resisten a las costumbres y a las leyes locales, tendiendo a conservar completamente las propias costumbres y dándose sus propias leyes. Se crean así naciones dentro de naciones cerradas en sí mismas, como compartimientos estancos.
Tampoco favorece la integración la idea de realizarla a través de proveer los servicios sociales a los inmigrantes. La participación de los inmigrantes en nuestro sistema de bienestar no puede ser la única respuesta a la necesidad de integración porque está sólo es una respuesta de tipo administrativo o burocrático. Sucede que los inmigrantes aprenden muy bien a usar nuestro sistema asistencial sin alimentar sin embargo ninguna estima por los que dan este servicio y continúan cultivando una completa autonomía cultural y social.
Un tema estrictamente vinculado con todo esto es el famoso criterio del “respeto a las reglas”. Es necesario acoger a quien entra en nuestras sociedades, pero siempre respetando las reglas. Así, al menos, se dice muy a menudo. El principio es correcto y la exigencia es legítima. Pero las reglas revelan siempre una cultura, no son sólo simples procedimientos formales. Pedir el respeto a unas reglas no significa impedir el respeto a otras. No hay una legalidad sin la cultura de esa legalidad y esta misma no sólo está relacionada con el ámbito del derecho y de la ley, sino que también con la concepción de la persona y de los motivos de nuestro estar juntos.
Nuestras leyes son fruto de siglos de historia, de influencias religiosas y filosóficas, de una costumbre difundida. Lo que es obvio para nosotros porque está basado en nuestra historia, puede resultar incomprensible para otra persona de una cultura distinta. Por este motivo no es suficiente limitarse al respeto de las reglas, sino que es necesario expresar la confianza de que nuestras reglas tienen un sentido preciso y no sólo expresan una convención, también expresan unos valores. A estos valores es necesario educar a los recién llegados. Pero no siempre quien pide el respeto de las reglas está dispuesto a asumir el deber de educación de los recién llegados, en una serie de valores que sostiene esas reglas y para aprenderlos no basta un curso de pocas horas sobre nuestra Constitución.
*Monseñor Giampaolo Crepaldi es arzobispo de Trieste y Presidente de la Comisión “Caritas in veritate” del Consejo de las Conferencias Episcopales de Europa (CCEE)y Presidente del Observatorio Internacional “Cardenal Van Thuân” sobre la Doctrina Social de la Iglesia.
CANALIZACION de INGRESOS para el SEMINARIO y Comedor de las HERMANAS DE LA CARIDAD
INGRESOS PARA:
BECA DEL SEMINARIO
COMEDOR BENEFICO
Sección de Sevilla: los donativos recaudados se incluirán en el sobre del parte mensual de cada Turno, detallando por separado los destinados al Seminario y los del Comedor, cuyos importes desglosados serán ingresados en la cuenta 0049 1861 17 2510233877.
Resto de Secciones: El reparto proporcional del importe mínimo a sufragar por Sección y mes se puede alcanzar recaudando ocho euros/mes/Sección/Turno, para la Beca del Seminario.
Para ayudar al Comedor Benéfico, se recurrirá a los donativos voluntarios de los Adoradores y/o otras fuentes ( reuniones benéficas; encuentros organizados; almuerzos solidarios, etc. ).
Ambas recaudaciones podrán ingresarlas en la cuenta bancaria 0049 1861 17 2510233877detallado separadamente los importes a aplicar a cada destino.
BECA DEL SEMINARIO
COMEDOR BENEFICO
Sección de Sevilla: los donativos recaudados se incluirán en el sobre del parte mensual de cada Turno, detallando por separado los destinados al Seminario y los del Comedor, cuyos importes desglosados serán ingresados en la cuenta 0049 1861 17 2510233877.
Resto de Secciones: El reparto proporcional del importe mínimo a sufragar por Sección y mes se puede alcanzar recaudando ocho euros/mes/Sección/Turno, para la Beca del Seminario.
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Ambas recaudaciones podrán ingresarlas en la cuenta bancaria 0049 1861 17 2510233877detallado separadamente los importes a aplicar a cada destino.
SEMINARISTAS de SEVILLA, ADORADORES NOCTURNOS
¡ Señor: Creemos, Adoramos, Esperamos y Os amamos ¡
En las reuniones periódicas que los miembros del Consejo Diocesano venimos manteniendo se han tomado acuerdos en materia espiritual y solidaria que si bien no precisan del acuerdo formal asambleario, sí requieren el refrendo de la colaboración de todos los que formamos parte de la Adoración Nocturna Española: acercamiento al Seminario Metropolitano; ayuda al Comedor de las Hermanas de la Caridad y visitas a nuestros hermanos adoradores enfermos.
En reciente visita al Sr. Rector del Seminario Metropolitano, de los Presidentes Diocesano y de la Sección de Sevilla, tuvimos ocasión de conocer algunos detalles importantes de este Centro formativo de nuestra Iglesia Diocesana.
Los Seminaristas, entre otros actos de espiritualidad celebran una vigilia mensual, de Adoración a Jesús Sacramentado durante toda la noche llegándose al acuerdo que dicho Turno quede integrado entre los de la Sección de Sevilla de ANE, de la que recibirán información puntual con posible participación conjunta en determinados actos que organicemos y merezcan la conformidad del Rector.
De la comunión espiritual a la que debemos llegar con el Seminario nos comprometimos y así lo remarcamos será primer objetivo pedir al Señor en todas nuestras Vigilias por los Seminaristas y sus formadores. En el futuro serán Sacerdotes que, desde su inicio estarán habituados a las Vigilias nocturnas y con los que una vez alcanzado su Ministerio habremos de colaborar en el futuro, en la labor pastoral de cada uno de ellos con el objetivo de extender la devoción piadosa de Adorar al Santísimo.
Conocimos algunos detalles económicos: comparativamente con el año anterior a la fecha de los datos extraídos, los ingresos para el mantenimiento del Seminario han disminuido considerablemente; comprometiéndonos de inmediato a suscribir una beca anual ( 2.400 € )por parte de la ADORACIÓN NOCTURNA ESPAÑOLA que será sufragada al 50% entre las Secciones de los Consejos de Sevilla y resto del Consejo Diocesano.
Solidarizándonos con los más necesitados y según nuestro compromiso cristiano se ha tomado el acuerdo de ayudar mensualmente al Comedor de Nuestra Señora del Rosario, Hermanas de la Caridad de calle Pagés del Corro de Sevilla con los donativos que a tal fin entreguen los Adoradores nocturnos en sus Vigilias o aportaciones directas a la cuenta de Ayuda al Comedor; se organizarán también “ almuerzos solidarios “ para recabar fondos a tal fin.
Existe nuestro compromiso expuesto, que será objetivo prioritario, organizar visitas a nuestros hermanos adoradores enfermos de los que tengamos conocimiento
En las reuniones periódicas que los miembros del Consejo Diocesano venimos manteniendo se han tomado acuerdos en materia espiritual y solidaria que si bien no precisan del acuerdo formal asambleario, sí requieren el refrendo de la colaboración de todos los que formamos parte de la Adoración Nocturna Española: acercamiento al Seminario Metropolitano; ayuda al Comedor de las Hermanas de la Caridad y visitas a nuestros hermanos adoradores enfermos.
En reciente visita al Sr. Rector del Seminario Metropolitano, de los Presidentes Diocesano y de la Sección de Sevilla, tuvimos ocasión de conocer algunos detalles importantes de este Centro formativo de nuestra Iglesia Diocesana.
Los Seminaristas, entre otros actos de espiritualidad celebran una vigilia mensual, de Adoración a Jesús Sacramentado durante toda la noche llegándose al acuerdo que dicho Turno quede integrado entre los de la Sección de Sevilla de ANE, de la que recibirán información puntual con posible participación conjunta en determinados actos que organicemos y merezcan la conformidad del Rector.
De la comunión espiritual a la que debemos llegar con el Seminario nos comprometimos y así lo remarcamos será primer objetivo pedir al Señor en todas nuestras Vigilias por los Seminaristas y sus formadores. En el futuro serán Sacerdotes que, desde su inicio estarán habituados a las Vigilias nocturnas y con los que una vez alcanzado su Ministerio habremos de colaborar en el futuro, en la labor pastoral de cada uno de ellos con el objetivo de extender la devoción piadosa de Adorar al Santísimo.
Conocimos algunos detalles económicos: comparativamente con el año anterior a la fecha de los datos extraídos, los ingresos para el mantenimiento del Seminario han disminuido considerablemente; comprometiéndonos de inmediato a suscribir una beca anual ( 2.400 € )por parte de la ADORACIÓN NOCTURNA ESPAÑOLA que será sufragada al 50% entre las Secciones de los Consejos de Sevilla y resto del Consejo Diocesano.
Solidarizándonos con los más necesitados y según nuestro compromiso cristiano se ha tomado el acuerdo de ayudar mensualmente al Comedor de Nuestra Señora del Rosario, Hermanas de la Caridad de calle Pagés del Corro de Sevilla con los donativos que a tal fin entreguen los Adoradores nocturnos en sus Vigilias o aportaciones directas a la cuenta de Ayuda al Comedor; se organizarán también “ almuerzos solidarios “ para recabar fondos a tal fin.
Existe nuestro compromiso expuesto, que será objetivo prioritario, organizar visitas a nuestros hermanos adoradores enfermos de los que tengamos conocimiento
domingo, 10 de abril de 2011
PREGON OFICIAL DE LA SEMANA SANTA DE SEVILLA
Esta mañana se ha celebrado el Pregón de la Semana Santa Sevillana, Presidido por el Arzobispo de Sevilla Excmo. Sr. D. Juan José Asenjo Pelegrina al que acompañaba el Obispo Auxiliar Iltmo. Sr. D. Santiago; Excmo. Sr. Alcalde de Sevilla, Delegada de Fiestas del Excmo. Ayuntamiento, Sr. Delegado del Gobierno Central en Andalucía, Autoridades Militares y Jurídicas, Presidente del Consejo General de Cofradias, Secretario y Tesorero de dicho Organismo.
El Cofrade sevillano, de origen jerezano, Letrado D. FERNANDO CANO-ROMERO ha pregonado ante un auditorio que abarrotaba el Teatro de La Maestranza toda las belleza, encanto, anecdotas y vivencias cofrades que aguardábamos los cofrades durante un periodo de tiempo superior a una década; aprovechó el momento idóneo para hacer un canto a la vida, en contra del aborto, al referirser a la maternidad de María; así cómo su sentimiento en favor de los crucifijos en los Centros oficiales, al referirse a la devoción hacía las imágenes de Nuestro Señor Crucificado; su intervención fue interrumpida durante varios minutos por una atronadora ovación
Hizo una exposición de la labor social de las Cofradias, destacando la labor llevada a cabo por la Hermandad del Buen Fin en su Centro de Asistencia Precoz a los pequeños con minusvalías físicas.
Al referirse al fervor Eucarístico de las Cofradías, citó a la ADORACIÓN NOCTURNA ESPAÑOLA por su antigüedad y carisma propio. Cita y respaldo de nuestra Obra que hemos de agradecer a D. Fernando Cano por la gran difusión del Pregón.
El Cofrade sevillano, de origen jerezano, Letrado D. FERNANDO CANO-ROMERO ha pregonado ante un auditorio que abarrotaba el Teatro de La Maestranza toda las belleza, encanto, anecdotas y vivencias cofrades que aguardábamos los cofrades durante un periodo de tiempo superior a una década; aprovechó el momento idóneo para hacer un canto a la vida, en contra del aborto, al referirser a la maternidad de María; así cómo su sentimiento en favor de los crucifijos en los Centros oficiales, al referirse a la devoción hacía las imágenes de Nuestro Señor Crucificado; su intervención fue interrumpida durante varios minutos por una atronadora ovación
Hizo una exposición de la labor social de las Cofradias, destacando la labor llevada a cabo por la Hermandad del Buen Fin en su Centro de Asistencia Precoz a los pequeños con minusvalías físicas.
Al referirse al fervor Eucarístico de las Cofradías, citó a la ADORACIÓN NOCTURNA ESPAÑOLA por su antigüedad y carisma propio. Cita y respaldo de nuestra Obra que hemos de agradecer a D. Fernando Cano por la gran difusión del Pregón.
sábado, 2 de abril de 2011
TEMA de REFLEXION para la junta de Turno del mes de ABRIL
IX.- La Eucaristía y el testimonio de la caridad
El Santo Padre Benedicto XVI recuerda con frecuencia en sus discursos, homilías, el sentido de la Eucaristía, sus frutos, el lugar que debe ocupar en la vida del cristiano. “La Eucaristía, fuente y cumbre de la vida cristiana nos une y configura con el Hijo de Dios. También construye la Iglesia, la consolida en su unidad de Cuerpo de Cristo” (Discurso, 11 de mayo 2006).
Recogemos ahora, dentro de estos Temas de Reflexión sobre la Eucaristía unas palabras suyas del 15 de junio de 2010, que pronunció en la Basílica de San Juan de Letrán al inaugurar el congreso de la diócesis de Roma sobre el tema: “Se les abrieron los ojos, lo reconocieron y lo anunciaron”
* * * * *
El ofrecimiento de Jesucristo en la Eucaristía
“La fe no puede darse nunca por descontada, pues cada generación tiene necesidad de recibir este don a través del anuncio del Evangelio y de conocer la verdad que Cristo nos ha revelado. La Iglesia siempre está comprometida en proponer a todos el depósito de la fe; en él queda contenida también la doctrina sobre la Eucaristía, misterio central que "contiene todo el bien espiritual de la Iglesia, es decir, Cristo en persona, nuestra Pascua" (Concilio Ecuménico Vaticano II, decreto Presbyterorum ordinis, 5); doctrina que hoy, por desgracia, no es suficientemente comprendida en su valor profundo y en su importancia para la existencia de los creyentes.
Por este motivo, es importante que las comunidades de nuestras diócesis (…) experimenten la exigencia de un conocimiento más profundo del misterio y del Cuerpo y de la Sangre del Señor. Al mismo tiempo, con el espíritu misionero que queremos fomentar, es necesario que se difunda el compromiso de anunciar esta fe eucarística para que cada hombre pueda encontrarse con Jesucristo, que nos ha revelado al Dios "cercano", amigo de la humanidad, y testimoniarla con una elocuente vida de caridad.
En toda su vida pública, Jesús, a través de la predicación del Evangelio y de los signos milagrosos, anunció la bondad y la misericordia del Padre por el hombre. Esta misión alcanzó su cumbre en el Gólgota, donde Cristo crucificado reveló el rostro de Dios para que el hombre, contemplando la Cruz, pudiera reconocer la plenitud del amor (encíclica Deus charitas est, 12). El Sacrificio del Calvario es mistéricamente anticipado en la Última Cena, cuando Jesús, al compartir con los Doce el pan y el vino, los transforma en su Cuerpo y en su Sangre, que poco después ofrecería como Cordero inmolado.
La Eucaristía es el memorial de la muerte y resurrección de Jesucristo, de su amor hasta el final por cada uno de nosotros, memorial que Él quiso encomendar a la Iglesia para que fuera celebrado a través de los siglos (…) El "memorial" no es un simple recuerdo de algo que sucedió en el pasado, sino la celebración que actualiza ese acontecimiento, reproduciendo la fuerza y la eficacia salvadora. De este modo, "hace presente y actual el sacrificio que Cristo ha ofrecido al Padre, una vez por todas, sobre la Cruz en favor de la humanidad" (Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica, 280). Queridos hermanos y hermanas, en nuestro tiempo la palabra sacrificio no gusta; es más, parece que pertenece a otras épocas y a otra visión de la vida. Ahora bien, si se entiende bien, sigue siendo fundamental, pues nos revela con qué amor Dios nos ama en Cristo.
En el ofrecimiento que Jesús hace de sí mismo, encontramos toda la novedad del culto cristiano. En la antigüedad, los hombres ofrecían como sacrificio a las divinidades los animales o las primicias de la tierra. Jesús, por el contrario, se ofrece a sí mismo, su cuerpo y toda su existencia: Él mismo en persona se convierte en ese sacrificio que la liturgia ofrece en la santa Misa. De hecho, con la consagración, el pan y el vino se convierten en su verdadero cuerpo y sangre. San Agustín invitaba a sus fieles a no quedarse en lo que se les presentaba a la vista, sino a ir más allá: "Reconoced en el pan –decía– ese mismo cuerpo que fue colgado sobre la cruz, y en el cáliz esa misma sangre que manó de su costado" (Disc. 228 B, 2).
Para explicar esta transformación, la teología ha acuñado la palabra "transubstanciación", palabra que resonó por primera vez en esta basílica, durante el IV Concilio Lateranense -1215-, del que se celebrará el octavo centenario dentro de cinco años. En esa ocasión, se introdujeron en la profesión de fe las siguientes palabras: "su cuerpo y sangre están contenidos verdaderamente en el sacramento del altar, bajo las especies del pan y del vino, pues el pan está transubstanciado en el cuerpo, y la sangre en el vino por poder de Dios" (DS, 802). Por tanto, es fundamental que en los itinerarios de educación en la fe de los niños, de los adolescentes y de los jóvenes, así como en los "centros de escucha" de la Palabra de Dios, se subraye que en el sacramento de la Eucaristía Cristo está verdadera, real y substancialmente presente.
* * * * *
Cuestionario:
-¿Soy consciente de que en la Santa Misa estoy viviendo con Cristo su muerte y su Resurrección?.
-¿Tengo fe en la transubstanciación? ¿Sé explicar que significa transubstanciación?
-¿Afirmo con claridad que en el Sacramento de la Eucaristía, Cristo está presente verdadera, real y substancialmente?
El Santo Padre Benedicto XVI recuerda con frecuencia en sus discursos, homilías, el sentido de la Eucaristía, sus frutos, el lugar que debe ocupar en la vida del cristiano. “La Eucaristía, fuente y cumbre de la vida cristiana nos une y configura con el Hijo de Dios. También construye la Iglesia, la consolida en su unidad de Cuerpo de Cristo” (Discurso, 11 de mayo 2006).
Recogemos ahora, dentro de estos Temas de Reflexión sobre la Eucaristía unas palabras suyas del 15 de junio de 2010, que pronunció en la Basílica de San Juan de Letrán al inaugurar el congreso de la diócesis de Roma sobre el tema: “Se les abrieron los ojos, lo reconocieron y lo anunciaron”
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El ofrecimiento de Jesucristo en la Eucaristía
“La fe no puede darse nunca por descontada, pues cada generación tiene necesidad de recibir este don a través del anuncio del Evangelio y de conocer la verdad que Cristo nos ha revelado. La Iglesia siempre está comprometida en proponer a todos el depósito de la fe; en él queda contenida también la doctrina sobre la Eucaristía, misterio central que "contiene todo el bien espiritual de la Iglesia, es decir, Cristo en persona, nuestra Pascua" (Concilio Ecuménico Vaticano II, decreto Presbyterorum ordinis, 5); doctrina que hoy, por desgracia, no es suficientemente comprendida en su valor profundo y en su importancia para la existencia de los creyentes.
Por este motivo, es importante que las comunidades de nuestras diócesis (…) experimenten la exigencia de un conocimiento más profundo del misterio y del Cuerpo y de la Sangre del Señor. Al mismo tiempo, con el espíritu misionero que queremos fomentar, es necesario que se difunda el compromiso de anunciar esta fe eucarística para que cada hombre pueda encontrarse con Jesucristo, que nos ha revelado al Dios "cercano", amigo de la humanidad, y testimoniarla con una elocuente vida de caridad.
En toda su vida pública, Jesús, a través de la predicación del Evangelio y de los signos milagrosos, anunció la bondad y la misericordia del Padre por el hombre. Esta misión alcanzó su cumbre en el Gólgota, donde Cristo crucificado reveló el rostro de Dios para que el hombre, contemplando la Cruz, pudiera reconocer la plenitud del amor (encíclica Deus charitas est, 12). El Sacrificio del Calvario es mistéricamente anticipado en la Última Cena, cuando Jesús, al compartir con los Doce el pan y el vino, los transforma en su Cuerpo y en su Sangre, que poco después ofrecería como Cordero inmolado.
La Eucaristía es el memorial de la muerte y resurrección de Jesucristo, de su amor hasta el final por cada uno de nosotros, memorial que Él quiso encomendar a la Iglesia para que fuera celebrado a través de los siglos (…) El "memorial" no es un simple recuerdo de algo que sucedió en el pasado, sino la celebración que actualiza ese acontecimiento, reproduciendo la fuerza y la eficacia salvadora. De este modo, "hace presente y actual el sacrificio que Cristo ha ofrecido al Padre, una vez por todas, sobre la Cruz en favor de la humanidad" (Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica, 280). Queridos hermanos y hermanas, en nuestro tiempo la palabra sacrificio no gusta; es más, parece que pertenece a otras épocas y a otra visión de la vida. Ahora bien, si se entiende bien, sigue siendo fundamental, pues nos revela con qué amor Dios nos ama en Cristo.
En el ofrecimiento que Jesús hace de sí mismo, encontramos toda la novedad del culto cristiano. En la antigüedad, los hombres ofrecían como sacrificio a las divinidades los animales o las primicias de la tierra. Jesús, por el contrario, se ofrece a sí mismo, su cuerpo y toda su existencia: Él mismo en persona se convierte en ese sacrificio que la liturgia ofrece en la santa Misa. De hecho, con la consagración, el pan y el vino se convierten en su verdadero cuerpo y sangre. San Agustín invitaba a sus fieles a no quedarse en lo que se les presentaba a la vista, sino a ir más allá: "Reconoced en el pan –decía– ese mismo cuerpo que fue colgado sobre la cruz, y en el cáliz esa misma sangre que manó de su costado" (Disc. 228 B, 2).
Para explicar esta transformación, la teología ha acuñado la palabra "transubstanciación", palabra que resonó por primera vez en esta basílica, durante el IV Concilio Lateranense -1215-, del que se celebrará el octavo centenario dentro de cinco años. En esa ocasión, se introdujeron en la profesión de fe las siguientes palabras: "su cuerpo y sangre están contenidos verdaderamente en el sacramento del altar, bajo las especies del pan y del vino, pues el pan está transubstanciado en el cuerpo, y la sangre en el vino por poder de Dios" (DS, 802). Por tanto, es fundamental que en los itinerarios de educación en la fe de los niños, de los adolescentes y de los jóvenes, así como en los "centros de escucha" de la Palabra de Dios, se subraye que en el sacramento de la Eucaristía Cristo está verdadera, real y substancialmente presente.
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Cuestionario:
-¿Soy consciente de que en la Santa Misa estoy viviendo con Cristo su muerte y su Resurrección?.
-¿Tengo fe en la transubstanciación? ¿Sé explicar que significa transubstanciación?
-¿Afirmo con claridad que en el Sacramento de la Eucaristía, Cristo está presente verdadera, real y substancialmente?
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