sábado, 26 de diciembre de 2020
*LOS CINCO MINUTOS DEL ESPÍRITU SANTO* Sábado, 26 de Diciembre de 2020
El agua apaga el fuego, pero el viento lo aviva. ¿Por qué al Espíritu Santo se
lo asocia con el fuego, el agua y el viento al mismo tiempo? El Espíritu Santo
es fuego espiritual, porque, cuando se lo permitimos, Él quema nuestros males y
los reduce a cenizas. Destruye el pecado, el egoísmo, la vanidad, la tristeza.
Pero luego viene como viento, arrastrando esas basuras y cenizas que quedan
todavía en el alma. Y finalmente se derrama como lluvia, que termina de limpiar
toda impureza. A veces es agua que cae suavemente; otras veces es un torrente
lleno de ímpetu y furor, que arrasa lo malo con toda su potencia de santidad.
Nosotros a veces le exigimos al Espíritu Santo que venga a nuestra vida de
determinada manera. Quisiéramos que cayera siempre como lluvia mansa, o
preferiríamos siempre el calor del fuego, o desearíamos una brisa suave. Pero Él
viene siempre de distinto modo, viene como a Él le parece. En realidad, viene
como más lo necesitamos, aunque a veces no podamos comprenderlo, aunque nos
resulte incómodo. Pero es mejor dejarlo actuar como Él quiera, ya que Él sabe
mejor que nadie lo que realmente nos hace falta para seguir creciendo.
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