miércoles, 27 de octubre de 2021
PARA MEDITAR HOY MIÉRCOLES.-
Cayetano Medina
13:06 (hace 2 minutos)
para mí
En aquel tiempo, Jesús, de camino hacia Jerusalén, recorría ciudades y aldeas enseñando.
Uno le preguntó: «Señor, ¿serán pocos los que se salven?»
Jesús les dijo: «Esforzaos en entrar por la puerta estrecha. Os digo que muchos intentarán entrar y no podrán. Cuando el amo de la casa se levante y cierre la puerta, os quedaréis fuera y llamaréis a la puerta, diciendo: "Señor, ábrenos"; y él os replicará: "No sé quiénes sois." Entonces comenzaréis a decir: "Hemos comido y bebido contigo, y tú has enseñado en nuestras plazas." Pero él os replicará: "No sé quiénes sois. Alejaos de mí, malvados." Entonces será el llanto y el rechinar de dientes, cuando veáis a Abrahán, Isaac y Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios, y vosotros os veáis echados fuera. Y vendrán de oriente y occidente, del norte y del sur, y se sentarán a la mesa en el reino de Dios. Mirad: hay últimos que serán primeros, y primeros que serán últimos.»
Palabra del Señor
¿Quiénes son los últimos?, ¿Quiénes los primeros? Jesús nos vuelve a meter (con el cariño que le distingue) el dedo en el ojo.
¿Qué será de los que estamos tan seguros de estar salvados, porque hemos comido y bebido con el Señor, hemos comulgado tantas veces su Cuerpo y su Sangre?
¿Es posible que el Señor nos diga como le dijo a este hombre que se le acercó a preguntarle si se salvarían muchos, no sé quiénes sois?
Seguimos empeñados en entrar por la puerta principal, por la ancha, por la de primera división y Jesús nos dice una y otra vez: “Esforzados en entrar por la puerta estrecha”.
No se trata de presentarse con certificados de buena conducta. Para entrar en el Reino no hay privilegios que valga. No hay más que una condición: pasar por la puerta. Y esa puerta se llama “Jesús”. Ese es el verdadero salvaconducto: un hombre, no una teoría; un amor, no un sistema.
“Yo soy la puerta” dice Jesús y hago saltar las murallas del miedo, de la culpabilidad y de la estrechez.
“Yo soy la puerta” dice Jesús, el que pasa por ella se une a la comunidad en la que los lazos internos de conocimiento, de amor y de generosidad son más fuerte que la constricciones y los preceptos.
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